Roba vehículo, choca, se mete a una casa y dispara a policías, en Morelia
MORELIA, Mich., 14 de abril de 2016.- El asedio de las maras Salvatrucha y 18, las pandillas juveniles que desde hace más de 23 años trastornaron el mapa de la seguridad en el Triángulo Norte de Centroamérica, es incesante y tenebroso y obligó a militarizar colegios de secundaria en Honduras, imponer estados de excepción en cárceles en El Salvador y enfrentar un constante ataque armado al transporte urbano y rural de pasajeros y a innumerable menú de extorsiones en Guatemala.
En un reflejo de la acuciante crisis, El Salvador intervino siete centros penales desde los que, aunque están presos, los jefes y otros integrantes de las maras coordinan operativos criminales. En otra acción de ataque a las maras, Honduras militarizó seis centros de educación secundaria de la capital y sitios aledaños, por el constante acecho de las pandillas para reclutar a nuevos miembros, con un intenso narcomenudeo en los colegios y un deterioro de la seguridad por sangrientas pugnas entre pandillas por dominar territorios.
El diario El Universal informa que los asesinatos de choferes de autobuses, transportistas, comerciantes y empresarios de variados rubros de la iniciativa privada, por negarse a pagar cuantiosas sumas de extorsiones a las maras, o de policías y militares, marcan la cotidianeidad de la violencia en Guatemala.
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