La Nueva Familia anuncia cacería de cárteles rivales

MORELIA, Mich., 7 de febrero 2016.- A 10  años de que La Familia Michoacana hiciera su sanguinaria presentación, al arrojar cinco cabezas humanas a la pista de baile del bar, Sol y Sombra en Uruapan, esta podría estar resurgiendo, ya que por medio de un letrero y un cuerpo desmembrado en Zamora se presentó un grupo delictivo como La Nueva Familia.

Al igual que la organización dedicada al narcotráfico, fundada por Nazario Moreno González, alias El Chayo, y Servando Gómez Martínez, La Tuta, La Nueva Familia promete una limpia de miembros de cárteles contarios.

Y es que también se presentó otra cédula delictiva en el municipio de Lázaro Cárdenas denominada Los Justicieros, que al igual que La Familia Michoacana en sus inicios prometen erradicar los secuestros y las extorciones.

Aunque desde el 2010 comenzó de manera oficial la extinción de La Familia Michoacana, con la supuesta muerte El Chayo en aquel cruento enfrentamiento en Tierra Caliente, este grupo comenzó a transformarse en Los Caballeros Templarios, cuyo liderazgo visible asumió La Tuta.

La Familia Michoacana protagonizó intensos capítulos de violencia en el estado, como los ataques a policías federales, estatales y municipales para rescatar a algunos de sus principales operadores como Rafael Cedeño Hernández, El Cede, Arnoldo Rueda Medina, La Minsa y Jesús Méndez Vargas, El Chango Méndez.

También se les atribuye la captura de los supuestos autores materiales de los granadazos durante el Grito de Independencia en el 2008, y que actualmente se encuentran prófugos. Además de que protagonizaron diversos narcobloqueos, al incendiar automóviles para bloquear carreteras evitar acciones en su contra por parte de la Policía Federal, el Ejército y la Marina.

Los Caballeros Templarios y por lo tanto la Familia Michoacana comenzaron su ocaso con la muerte de Enrique Plancarte Solís, alias El Kike y la detención de La Tuta, quien actualmente se encuentra preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano.

El Chayo, quien se pensaba abatido desde el 10 de diciembre de 2010, murió el 12 de marzo a manos del Ejército y la Marina mientras intentaba escapar de un operativo en el municipio de Lázaro Cárdenas.