Arranca SSM Médico en Tu Casa en Uruapan
MORELIA, Mich., 12 de septiembre de 2013.- Los grupos de civiles armados denominados autodefensas, son la puerta de entrada para el surgimiento de “paraestados” o estado paralelos, zonas donde se desconocen y usurpan las facultades que corresponden al gobierno, aseguró el general colombiano Oscar Naranjo, asesor del presidente Enrique Peña Nieto en temas de seguridad, destaca el periódico 24 Horas en su portal digital.
Durante su ponencia en el seminario sobre violencia organizado por el Colegio de México, Naranjo hizo una fuerte crítica al surgimiento de estos grupos, y calificó como “inadmisible” el que se armen como si se tratara de policías reales, pues el uso de la fuerza es monopolio del Estado.
“Si el Estado renuncia a estas condiciones que le son exclusivas abre lugar no a un Estado legítimo sino paraestados. Las expresiones de ciudadanos armados para hacer justicia son inadmisibles”, dijo Naranjo.
En México, el fenómeno de los llamados grupos de “autodefensa” se acentuó este año con su aparición pública en localidades de Michoacán y Guerrero, bajo el argumento de la necesidad de hacer frente a grupos del crimen organizado.
Naranjo reconoció que las policías ineficaces e incapaces de hacer frente a los criminales son un factor que favorece la aparición de autodefensas, pero dijo que este acercamiento al problema no es tampoco motivo para justificar dicha “solución”.
El general, aclaró que el concepto de policía comunitario o de la comunicad es válido desde el punto de vista de la proximidad con los habitantes, pero dijo que el agente debe ser capacitado por el Estado. “Las autodefensas no son ni policías ni comunitarias”, sentenció.
Naranjo, quien ha recibido condecoraciones como la de Mejor Policía del Mundo en el 2011, y se desempeñó como agregado policial en múltiples países, sostuvo que América Latina atraviesa una emergencia humanitaria impulsada por los altos índices de homicidios y violencia.
“El último informe de Naciones Unidas sobre violencia destacó que en el año 2012 el 36 por ciento de las muertes violentas en el mundo se dieron en América Latina. Si tomamos en cuenta que la región solo aporta el 8 por ciento de la población mundial, uno puede afirmar que la región vive una verdadera calamidad y emergencia humanitaria”, dijo.
En ese contexto Naranjo consideró urgente que los países de la región diseñen políticas de seguridad alejadas de “falsos paradigmas” como el que establece que la pobreza es el detonante de la violencia, pues dijo que se trata de un problema de múltiples factores y de particularidades en cada región.
En ese contexto Naranjo rechazó que el caso de Colombia pueda compararse al de México, aunque reconoció que ambos países y toda la región, deben trabajar en contar con especialistas en seguridad, que formen una burocracia profesionalizada en este ámbito, de la cual se carece actualmente.