A balazos, asesinaron a hombre en Uruapan en la colonia El Periodista
MORELIA, Mich., 4 de enero de 2015.- En México, el homicida es impulsivo y violento; el violador es frágil, el secuestrador se caracteriza por su capacidad calculadora y el narcotraficante que no se droga suele ser dominante y seductor, destaca un amplio estudio elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Un delincuente de cuello blanco oculta sus emociones, es manipulador y seductor, y la mujer homicida es emocional y explosiva”, señala al periódico Excélsior Amada Ampudia Rueda, académica de la UNAM y coordinadora de un proyecto con el que se desarrolló un modelo de diagnóstico de la personalidad del delincuente mexicano.
Los expertos de la UNAM, en colaboración con la Universidad de Salamanca, España, desarrollaron un esquema con el que, a lo largo de diez años, evaluaron a cuatro mil 500 internos de cárceles ubicadas en Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas y Michoacán, cuya información obtenida ayudará a prevenir la incidencia delictiva y a reducir los índices de reincidencia.
A decir de la experta, al cruzar variables como edad, sexo y escolaridad, determinaron que existe una tendencia mayor a delinquir en la etapa productiva, entre los 18 y 40 años, y que si un preso se adapta al medio penitenciario entonces está lejos de la readaptación social.
En México, el homicida es impulsivo y violento; el violador es frágil; el secuestrador se caracteriza por su capacidad calculadora; el narcotraficante que no se droga suele ser dominante y seductor; un delincuente de cuello blanco oculta sus emociones, es manipulador y seductor, y la mujer homicida es emocional y explosiva.
Ésa fue la clasificación que elaboraron sicólogos de la UNAM en colaboración con colegas de la Universidad de Salamanca, España, luego de diez años de llevar a cabo una investigación en la que analizaron la personalidad de reclusos en cuatro estados del país.
A una década de ese trabajo en cárceles mexicanas, diseñaron un modelo de evaluación y diagnóstico de la personalidad delincuencial mexicana, a través del cual determinaron que los homicidas son los más agresivos y suelen irrumpir de manera violenta sin ningún control.
Esa misma agresión se percibe en los secuestradores, pero éstos tienen mayor visión y por tanto son más calculadores, de modo que pueden estallar, pero no perder el control.
Por su parte, las mujeres homicidas son más emocionales, pero también más explosivas. “Agreden de manera exagerada porque tienen ese potencial; pueden ser más verbales, pero también muy impulsivas. Tienen alteraciones cognitivas intensas, de reacción extrema, después de que aguantaron muchos años de agresiones”, concluyó el diagnóstico dirigido por la académica de la Universidad Nacional, Amada Ampudia Rueda.
En esa clasificación de personalidad delincuencial, la coordinadora del proyecto también explicó que los presos que traficaban drogas, pero no las consumían, tienden a ser dominantes, manipuladores y seductores.
En cambio, los sentenciados por robo son observadores, muestran conductas obsesivas y sobresalen por su meticulosidad, mientras que un violador es sensible y frágil.
Por su parte, los delincuentes de cuello blanco difícilmente expresan sus emociones, son manipuladores, fríos, seductores y observadores, además de que “tienen rasgos sociopáticos, son impersonales, no se conectan fácilmente con los otros y siempre buscan su beneficio”.
De acuerdo con ese esquema de evaluación, los especialistas lograron establecer esos perfiles delincuenciales; sin embargo, la profesora Ampudia Rueda aclaró que tampoco se puede estigmatizar y decir que todos los generadores de violencia son así, por lo que es indispensable tener cautela al usarlos.
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