Asegura FGE en Pátzcuaro metanfetaminas y detiene a 2, tras cateo
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de abril de 2016.- Margarito y Pedro Flores miden lo mismo, hablan igual. Ambos tienen ligeramente inclinada la ceja izquierda y los orificios de la nariz como si inhalaran aire profundamente. Son tan iguales que sólo se pueden distinguir por las huellas digitales, según informa El Universal.
Por eso aquella tarde de 2008, cuando Pedro habló con Joaquín El Chapo Guzmán, tuvo que aclararle que no fue él con quien se había reunido unas semanas antes en la sierra sinaloense. Ése era su gemelo, Margarito. El narcotraficante más buscado del mundo soltó un largo “¡oh!” de asombro.
La confusión creció cuando ambos decidieron cortarse el cabello casi a rape, cuando se perforaron el lóbulo izquierdo y se colgaron un diamante en la misma oreja. O cuando Margarito se rasuró el incipiente bigote que lo hacía diferenciarse un poco de Pedro.
Autoridades del Departamento de Justicia consideraron que el éxito de los hermanos Flores radicó en su ADN idéntico. En declaraciones, los mismos agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) reconocieron no diferenciarlos con exactitud.
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