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MORELIA, Mich., 21 de julio de 2016.- Ella no rompió fotos, ni cuadros, tampoco botó las cartas de su ex, llevada por el desamor. Al terminar una relación sentimental, Nancy Zamher decidió canalizar los sentimientos de soledad y tristeza, desde la azotea de una casa ajena, de otra manera: escribió una canción.
“Un día a la 1:00 de la mañana empezó a sonar un tema en mi cabeza, el que titulé Mientras tú no estabas. Esa es la canción que, hoy, más me conecta de alguna manera con el proyecto que ahora planeo, llamado Sangre de Cacao, porque así comenzó toda esta nueva etapa de mi música”, manifestó la cantante, vía telefónica a Quadratín.
Zamher se inició en la música formalmente a los 17 años, cuando fue parte de una banda de blues y rock llamada Gusanos de Maguey, con la que grabó el Extended Play (EP) La Ciudadela, en 2001. En ese momento se interesó por estudiar la música del siglo 20, además, tomó clases de técnica vocal e improvisación del soul.
En general, se manejó en dicho género en todo momento, lanzando luego otro EP junto al grupo Zamher time, en 2012, llamado Luz de Luna; y después uno más con la agrupación Penta Soul. Ambos proyectos contenían cinco temas cada uno, entre los ritmos del soul, blues y punk, todos enfocados en temas muy externos a sus sentimientos, como la ciudad, la noche, lo urbano.
Terminar una relación sentimental no solo cambió radicalmente su vida, sino también su estilo musical.
“Cuando escribí la mayoría de las letras de estas nuevas canciones, la verdad nunca las concebí pensando en hacer música. Solamente quería desahogar todo lo que estaba sintiendo de una manera que fuera catártica para mí. Que me ayudara a drenar, a desintoxicarme. Después de uno o dos meses comenzaron a sonar melodías en mi cabeza sobre cómo me sentía, y dije: haré una canción para curarme de esta manera, componiendo. Entonces agarré mi guitarra”, relató.
La cantante, oriunda de Ciudad de México, decidió que si la historia, las letras, eran tristes, prefería no “caer” en lo mismo del blues, porque se sentiría peor, y probar otros ritmos. “Pensé que debía ser algo más alegre porque me quería curar a través de esto. Esa fue mi principal intensión”.
Es entonces cuando decide irse por géneros opuestos a lo que venía haciendo, y experimenta con una fusión del rockstady, tumbao y reggae.
“Aquí retomo muchas influencias. Es un reto para mí porque venir del blues y pasar a la música latina es como dar un paso hacia adelante. Es muy distinto. He estado inmersa, explorando nuevas corrientes, grupos de la música latina para aprender más”.
El disco que está creando aún no tiene nombre, y espera que contenga 10 temas, para ser lanzado a finales de este año o principios del 2017. Será una producción, como la describe, alegre, de estilo muy playero. “Más que de fiesta o bailable, quiero que resulte agradable para los oídos, para pasar un buen rato”.
Actualmente, además de su proyecto Sangre de Cacao, Nancy canta en la agrupación Palo de Ron, que se inclina al son cubano y la salsa brava.
“Del proyecto lo que más me interesa es conectar con quienes escuchen mis canciones a través de las letras, y si bien la música que le acompaña no es algo nuevo, para mí es una exploración, distinta a lo que antes hacía. Es más intima y más llegadora”.