Ópera del Conservatorio de las Rosas, un deleite musical y cultural
MORELIA, Mich., 30 de septiembre de 2016.- “Durante un periodo entre los años 65 y 75 en México hubo problemas fuertes, pero hoy en día vivimos las situaciones más complicadas en la historia”, explica a Quadratín el cantante Moisés Bedolla, haciendo referencia a la problemática social que debería generar música de protesta.
Recuerda de aquella etapa de los problemas fuertes con los estudiantes, como la matanza de Tlatelolco del 68 o el halconazo del Jueves de Corpus en el 71. Recuerda también las pocas figuras que desde la música hacían contracorriente; “Oscar Chávez, que se fue desdibujando, también Guillermo Velázquez y José Molina, de mucho peso”.
Regresa al presente. Para él la problemática ahora es más fuerte que en aquel tiempo: “tenemos mordazas por todos lados, por los medios de comunicación masiva, ya sabes a cuáles me refiero, por gobiernos intolerantes, la misma sociedad intolerante”, señala.
El músico y compositor moreliano ve cambios no muy positivos; “cómo explicamos que hace unas semanas, muchas personas salieron a marchar para impedirle derechos a un sector de la población, y esos mismos muestran ahora una apatía con temas como la desaparición de 43 estudiantes, está muy radicalizado”, dice con un dejo de preocupación, y manifiesta que antes se radicalizaban los gobiernos, pero ahora somos testigos de una radicalización total, de la misma sociedad.
Sí es campo de cultivo para música con letras críticas, reflexiona. “Quizá por eso sí se requiere de música de protesta, que la gente se atreva, porque nos han inculcado miedo”, dice, y reafirma la idea de que es tiempo de la música de protesta, “pero desgraciadamente hay pocos que lo hacen o lo hacemos, se ha generado un entorno de miedo”.
Trova, música comercial, contradicciones
La contradicción de lo comercial y lo alternativo, el no venderse y no masificarse para mantener coherencia entre el discurso contestatario y las propias acciones, no siempre sucede.
“Cada quien decide hacia dónde lleva su lenguaje artístico, personalmente no llevo esa tendencia”, deja en claro Moy.
El músico es tajante: “Lo que ahora llaman trova, no lo es, los que están de moda hacen baladitas de amor y se presentan en foros que antes estaban dedicados a la trova”. Es consciente que mantenerse así es un reto, sobre todo porque tiene amigos que antes estaban del mismo lado y ahora han cruzado a lo comercial.
“Me considero de los pocos que han conservado la esencia del trabajo como lo empezamos a hacer”, declara el cantautor y explica que tiene pocas canciones de amor y muchas de crítica. “Los que lo han llegado a hacer son respetables, pero ¿hasta qué punto es criticable?”.
Sobrellevar la violencia
En medio de la situación violenta que vive el estado, el ámbito cultural y artístico no queda fuera, es vulnerable. Hace unas semanas un joven escritor, Óscar Quevedo, fue asaltado y herido de gravedad, sigue convaleciente.
Para Moy el asunto es difícil. “Yo lo que hago es tratar de no meterme en líos, pero soy muy hocicón”, reconoce el cantante. Recomienda que a veces hay que callarse la boca, “en esta intolerancia no puedes estar en contra de alguien sin que te quieran romper el hocico”.
“Trato de ser lo más tolerante posible”, dice. En un mundo donde la tolerancia ya se da difícilmente, esa es la estrategia del músico que está próximo a cumplir 20 años de trayectoria.