MORELIA, Mich., 28 de septiembre de 2018.- “México no es un país, es un punto céntrico de una amistad profunda y densa, creo que en muy pocos lugares en el mundo he sido tan feliz como en México”, señaló el cantautor argentino Alberto Cortez en una rueda de prensa realizada a un día de presentarse en el teatro Morelos.

“En todos los sentidos, no solamente porque el público haya aceptado mi música, me aplauda y llene los teatros, eso es siempre es razonablemente interesante. Pero es que además se meten en las cosas; el público mexicano se mete en la historia de una canción, la comenta”, externó el autor de En un rincón del alma.

“Hoy en día ya le ponemos cualquier sobrenombre a cualquier cosa porque nos resulta más fácil y eso es peligroso en un idioma tan profundo, tan grande y tan hermoso como es el castellano”, señaló el también poeta, al referirse a lo fundamental que es la palabra, y la importancia de cuidarla.

De visita en la capital michoacana como parte de su gira Un corazón sin distancia, el músico dijo que este sábado 29 de septiembre en punto de las 20 horas, tocará un recital de canciones que la gente ha hecho populares a través de los aplausos, de programas de televisión y comprando sus discos.

Dijo sentirse privilegiado de que la gente escoja sus canciones y le representen algo, porque además la gente se acerca a contarle las cosas de su vida, y la participación del propio cantante en la vida de ellos.

En este sentido el cantautor relató un suceso que ha sido “la cosa más insólita” que ha vivido mucho tiempo, ocurrió en un restaurante en Guadalajara Jalisco. Apareció un señor cuandoterminaba de almorzar, y le dijo mientras sostenía una botella que parecía de vino: “señor Cortez, vengo por unas cosa aquí”, dijo, y el cantante pensó que le regalaba un vino, “no, señor Cortez, es que yo quería que mi abuelita estuviera con usted”,  y explicó que llevaba las cenizas de la abuela en la botella. Eso lo dejó atónito, dijo, porque el hombre andaba con su abuelita en cenizas por el mundo.

El cantautor argentino manifestó aún molestia por el fallecimiento de Facundo Cabral ocurrido en Guatemala en 2011, y ante esta situación dejó entrever que no regresaría ya a cantar a esa a ese país centroamericano, porque le sigue pareciendo injusto y un error el asesinato de su amigo.

Indicó que una de las canciones más importantes para él es la de Mi árbol y yo, “un agradecimiento profundo a la gente que la ha hecho popular porque la ha adoptado”, dijo, y aseguró que le encantaba porque le representaba la memoria de aquel árbol.

Como una mala noticia, expresó que su madre no tuvo más remedio que mandar quitar ese árbol porque las raíces le estaban tirando la casa al vecino. Dijo que sólo quedó un retoño de ese árbol que está puesto en otro lugar del jardín de la casa familiar; “ahí sobrevivirá hasta que el vecino que no tenemos, vuelva a quejarse de eso”.

Un libro de poemas que podría llamarse Versos de andar por casa, y una recopilación de relatos que ha tenido oportunidad de recoger y que se llama Voces del Camino, son dos proyectos editoriales que tiene en puerta el célebre, y espera pronto poderlo sacar al público.