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MORELIA, Mich., 4 de agosto de 2016.- A partir del 4 de agosto y hasta el mes de octubre, el público podrá apreciar Tierra y Fuego. De lo lúdico a lo simbólico, exposición retrospectiva de Florentino Ibarra, y que forma parte del proyecto de inclusión y proyección de la plástica michoacana, en uno de los esfuerzos emprendidos por la Secretaria de Cultura del Estado a través del Centro Cultural Clavijero.
De acuerdo a un comunicado, la exposición se localiza en la sala 9, en la planta alta del Centro Cultural Clavijero. Florentino Ibarra es un artista plástico michoacano que se ha especializado en técnicas escultóricas y ha dedicado gran parte de su vida a la docencia en la cátedra de Escultura de la Facultad Popular de Bellas Artes de la UMSNH. En su trabajo se aprecia la gran admiración, fervor y devoción que profesa al arte escultórico, especialmente a la producción de piezas de bronce y cerámica en barro.
El expositor se ha decantado por realizar su producción en formatos medianos y pequeños en donde los temas están estrechamente relacionados con lo lúdico, las tradiciones, al amor, la vida y la muerte y la naturaleza principalmente. Ha realizado colecciones donde el tema fundamental son los niños y el trabajo lúdico-pedagógico que se puede fomentar a partir de las prácticas artísticas. En su obra está presente lo simbólico a través de la representación de edificios y espacios que conforman ciudades, lo que simboliza una exploración del espacio, sus posibilidades, dimensiones y la producción de historias íntimamente ligadas a su vida personal y al tiempo al que le ha tocado vivir.
En la cerámica no sólo se requiere la intuición, la sensibilidad y la técnica para realizar excelentes piezas; existen diversos factores como la calidad de la arcilla, la manufactura de las pastas, mezclar porciones exactas, los esmaltes, la química y el conocimiento de las fórmulas. Por todos estos factores el ceramista es el creador que al abrir la puerta del horno se encuentra siempre ante una sorpresa, el territorio del barro es un permanente campo de batalla en pos de la libertad.
En Florentino Ibarra, destaca la sensibilidad de su persona, es un artista siempre comprometido con su creación, con una entrega total hacia la manifestación de una necesidad íntima a través de la obra. Se adentra al discurso de la plástica por un camino interno, en donde su principal vía de comunicación es la escultura. Durante más de 20 años ha manejado el barro como el alma de su quehacer, es un material que desde su infancia conoce a la perfección. Arcillas, engobes, arenas y esmaltes, son las técnicas empleadas por el artista; a los cuales añade cristales que funde y licúa, haciendo uso del efecto natural que el fuego le provee. Utiliza distintos tipos de barro, de los cuales destacan los de las regiones de Capula, Zinapécuaro, Oaxaca y del Bajío Michoacano.
Florentino se autorretrata y aporta todo de sí, gracias a las experiencias técnicas que ha adquirido a lo largo de los años, es consciente de que la escultura requiere técnica y esfuerzo; que a partir del momento en que se decide a realizar un trabajo artístico, está tratando de decir algo a su manera. No sólo crea, también juega, experimenta y manifiesta una gran creatividad técnica en cada figura y textura. Cada pieza realizada contiene gran dosis de sensibilidad, en donde se refleja el humanismo del artista, nos presenta un equilibrio de las formas y sus correspondencias a través de los volúmenes, los elementos y los material que conviven de manera coherente.
A los espectadores los hace partícipes de la personalidad e intimidad de vivencias compartidas con familiares y amigos. En cada obra relata una historia, ya sea algún recuerdo, una pesadilla, descontentos, festejos o simplemente momentos increíbles y mágicos de la infancia. Cada sentimiento aportado se transforma en materia, dando paso a una escultura, en donde se refleja un mensaje único.
El maestro michoacano lleva un proceso de renovación constante, al hacer nuevas propuestas con resultados y conceptos diversos, mostrando la madurez que caracteriza la calidad de su obra. Sus figuras cargan una simbología muy personal; sus temáticas abordan lo lúdico, lo psicológico, lo orgánico, lo humano, hasta llegar a lo simbólico. La creación de texturas mediante la experimentación, son resultados que le dan identidad a cada una de sus piezas. Tierra y Fuego. De lo lúdico a lo simbólico es una muestra del espíritu creativo y libre de su autor, siempre preocupado por adentrarse a través de su discurso plástico en los espacios íntimos de la individualidad, empleando al barro como la vía de acceso para lograr esa fantástica comunicación. En realidad, en el trabajo del maestro “Tino” como generalmente le llaman sus amigos y alumnos, no sólo está impregnado un sentimiento y múltiples relatos, en su labor se encuentra presente la búsqueda constante de lo desconocido, donde lo más importante es siempre ser honesto, ser único.