CIUDAD DE MÉXICO, 17 de diciembre de 2017.- En 1938, Lee Byung-chul instaló en Daegu, Corea del Sur, una pequeña empresa dedicada a la venta y transportación de frutas, verduras y pescados. En ese entonces, nadie imaginó que 80 años después sería uno de los conglomerados tecnológicos más importantes del mundo. Se trata de Samsung.

De acuerdo con milenio, el artífice de esta metamorfosis no fue Lee Byung-chul, sino su hijo Lee Kun-hee, quien convirtió una empresa de productos de baja calidad en un grupo que aglutina a alrededor de 80 compañías de varias industrias, las cuales generan una quinta parte del producto interno bruto de Corea del Sur.

El imperio construido por la dinastía Lee es uno de los 10 más grandes del planeta, con un valor de mercado que supera los 50 mil millones de pesos, que le ha dado una fortuna personal de más de 20 mil millones de dólares, cifra que lo convierte en la persona más acaudalada de su país.

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