Desde 200 hasta 9 mil puede costar una figura del Niño Dios

MORELIA, Mich., 2 de febrero de 2020.- La figura del Niño Dios es para muchas personas parte de su propia familia; no se deshacen de ella hasta que ya no queda de otra y es imposible repararla. Para quien tiene que comprarla, el costo es variado en el mercado de lo religioso, puede desembolsar desde 200 hasta 9 mil pesos.

La figura del Niño Jesús más económica es la que está hecha con yeso, pero también es la más frágil. La resina es más resistente, pero también un poco más cara. En el caso de la pasta de caña, es poco utilizable en la actualidad, y las figuras que hay son más antiguas, por lo mismo pueden ser más caras. También suele utilizarse la madera para hacer estas figuras, el costo no es barato.

Por ejemplo, en el mercado, una figura de unos 30 centímetros hecha de yeso, puede costar entre 200 y 400 pesos dependiendo los detalles y la calidad en el acabado. En esa misma medida y hasta de 50 centímetros, una figura de resina anda entre 500 y 900 pesos. En el caso de las piezas de pasta de caña, la mayoría ronda los mil pesos por ser piezas más antiguas. Lo mismo sucede con la madera; hay incluso figuras talladas de madera fina que pueden rebasar los 6 mil pesos.

En el caso de las reparaciones, muchas personas recurren a esto por el sentimiento que les une a la figura. En el caso de Judith, una mujer de la tercera edad, señala tener con la figura del Niño Jesús unos 39 años, “ese niñito tiene un gran valor emocional, por eso no lo he querido tirar, porque es un recuerdo”, expone a Quadratín.

Judit decidió llevar a reparar a la figura que ha mantenido a su lado por casi 40 años, se la llevó a Don Agustín que tiene más de 30 años reparando estas piezas; “yo digo cómo tirar a Dios, no, yo dije, mejor lo mandó a arreglar”, explica a este medio.

El costo de la reparación es de 100 pesos; “está barato lo que sea de cada quien, quiero darle más vida a mi niño; tiene 39 años”, reitera y explica que es el mismo tiempo que lleva casada con su marido; “me lo regaló mi esposo el día que nos casamos”, cuenta.