MORELIA, Mich., 13 de octubre de 2021.- Para la fotógrafa Elsa Escamilla, el cambio de fotografía análoga a digital resultó muy complicado, todavía le cuesta mucho trabajo, confiesa. Aún así le reconoce características positivas a este desarrollo tecnológico de la imagen fotográfica.

Hasta hace poco vendió su laboratorio a otra fotógrafa, de esos de antes, con reveladores, químicos, ampliadora, tanques de revelado, fijadores y otras cosas más, que se usaban antes de la llegada de las cámaras con formatos digitales y muchos megapíxeles.

Recuerda que con los niños que ha trabajado dentro de las clases que da en el Semillero Creativo, hicieron un cuarto oscuro donde revelaron e hicieron el proceso fotográfico, habilitaron un cuarto ahí en la casa comunal en Santa María, cuenta.

Algo que recuerda un tanto emocionada, son las caritas que ponían los niños al ver todo lo que se imprimía en su hoja de papel, les resultaba muy emocionante, expone la fotógrafa que tiene 50 años enseñando este arte.

La ganadora del Premio Estatal de las Artes Eréndira 2017 expresa que dentro de las bondades de la fotografía digital, está la inmediatez. Cuenta que está dando clase de fotografía publicitaria en una universidad, y encontró un sistema que si no existieran las nuevas tecnologías no se podría llevar a cabo; utilizar el Whatsapp para poder revisar y mandarse fotografías.

Elsa Escamilla presenta en el Museo del Estado la exposición Las que se van, las que se quedan. Es un proyecto apoyado por el Sistema Nacional de Creadores, que pone la mirada en la mujer y en el tema de la migración.