Revivirá Secum una Feria del Libro que beneficie a los michoacanos
MORELIA, Mich., 24 de enero de 2014.- El amor y el interés que el artista michoacano Alfredo Zalce tuvo por la fotografía a lo largo de su vida y obra, y la forma como desarrollo dicha actividad a la par de disciplinas como la pintura, ha quedado plasmada en el catálogo “La lente y el entorno”, obra editorial apoyada por el Gobierno del estado de Michoacán a través de la Secretaría de Cultura, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Fundación Cultural Alfredo Zalce, que fue presentado en las instalaciones de la Universidad Latina de América, institución educativa también impulsora del proyecto.
La presentación se llevó a cabo en el marco del homenaje conmemorativo por el 106 Aniversario del Nacimiento, y 11 Aniversario Luctuoso, del muralista mexicano.
Juan Carlos Jiménez Abarca, director del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, y moderador de la mesa, explicó que lo que inició como un interés por investigar la vida, obra y herencia de Zalce, también ha reactivado procesos de conocimiento sobre el contexto de las artes, y como éstas se integran a diversos procesos sociales, educativos e, incluso, a elementos patrimoniales en la segunda mitad del siglo XX.
Sobre la obra vida y herencia de Zalce en la entidad la asistente académica de la vicerectoría académica, y representante de Luis Roberto Mantilla Sahagún, rector de la Universidad Latina de América, Ivonne Solano Chávez explicó en su presentación que, en el caso de un artista de la dimensión de Alfredo Zalce serán numerosas las facetas que nos lleven a recuperar la personalidad, en este caso la imagen, no sólo del gran artista que fue en las diferentes artes y técnicas por él utilizadas.
Solano Chávez expresó que las acciones nos forman como individuos y nos definen en la vida. De Zalce se ha conocido al pintor, al grabador, al artista que nos mostró a México y a su gente en momentos cruciales de su historia, en su cotidianidad; que testimonió la cosmogonía de los pueblos prehispánicos y moldeó y repujó los metales para embellecer lo que carecía de dimensión o exaltar lo, de por sí, agraciado.
Al tener como escenario la muestra fotográfica “La lente y el entorno”, Ivonne Solano manifestó que en los diferentes textos y catálogos que se han editado en los últimos años sobre la vida y obra de Alfredo Zalce, son pocas las referencias sobre su faceta como fotógrafo, salvo en el libro “Alfredo Zalce”, editado por el gobierno de Michoacán en agosto de 2005. Beatriz Zalce detalló, mediante una bella biografía, la experiencia primaria de su padre como fotógrafo en la “Fotografía Lumiere”, negocio heredado por su padrastro Ramón Zalce. Beatriz dio voz a Don Alfredo y él compartía, “Si quería pintar tenía que trabajar en la fotografía… cómo quieres que me gustara aquello si para mí era un castigo? Pura fotografía comercial: fotos para credenciales, tamaño miñón y de difuntos. Tenía que pintar a escondidas…”
“Así decía Zalce, pero lo cierto es que aquella experiencia le permitió desarrollar aún más esa habilidad de observar el mundo, luego lo plasmaba en la pintura, pero el ojo se agudizaba y a partir de ahí seguía lo demás. El acto de observar, de ser observador y observado es lo que ahora se recupera de una manera sencilla en el Catálogo “Alfredo Zalce, la lente y el entorno” y en la exposición del mismo nombre”, indicó Solano Chávez, quien expresó que integrado por 25 fotografías, la obra ejemplifica momentos personales del artista. Referencias a su vida familiar y a su labor docente en la Escuela Popular de Bellas Artes. La intención es sencilla: dar una pequeña muestra de lo que se antoja provocador. Conocer a Alfredo Zalce usando un elemento artístico poco conocido en su trayectoria.
En este catálogo, es Beatriz Zalce quien nos comparte la serie de relaciones de amistad y trabajo que el artista mantuvo con fotógrafos importantes de sus diferentes épocas.
La Asistente académica de la Universidad Latina de América manifestó que el espectador de la muestra deberá esperar seguramente, el resultado de una investigación mucho más profunda del archivo fotográfico que la Fundación Zalce posee e incluso lo que en los archivos de los fotógrafos a los que se hace referencia, atesoran sobre el artista michoacano.
Se recupera de Zalce, en catorce imágenes más, el esfuerzo de sus estudiantes por escudriñar la naturaleza de la materia inanimada. Las fotografías no tendrían más valor que el interés del profesor por registrar el avance de sus estudiantes o bien, por registrar la participación que ellos adquieren en el proceso creativo de escenificar lo que quedaría plasmado en los murales del actual Palacio de Gobierno (uno de sus murales más importantes) sin embargo, entre aquellos jóvenes pintores y escultores se descubre a quienes hoy día son reconocidos como artistas consolidados de la plástica michoacana. Uno de ellos, el maestro Jesús Escalera. Se enfatiza, de esta manera, la trascendencia de su vocación docente.
Mizraím Cárdenas Hernández, miembro de la mesa directiva de la Fundación Cultural Alfredo Zalce explicó en su discurso alusivo a los inicios de Alfredo Zalce en la fotografía que, desde niño Alfredo Zalce se nutrió de imágenes muy bien guardadas en su memoria.
Tras referirse al artista homenajeado como gran conversador, Cárdenas Hernández habló sobre la fascinación que el artista, dese su niñez, tenía por el dibujo y el apoyo que brindó en el estudio fotográfico “Lumiere”, propiedad de sus padres; oficio que también aprende y desarrolla a través del revelado, recorte y retoque de las fotografías.
El integrante de la mesa directiva de la Fundación Cultural Alfredo Zalce también habló sobre la reticencia mostrada por la madre de Zalce ante sus intenciones de estudiar pintura en la Academia de San Carlos, actividad que combinó con su trabajo en el negocio familiar.
Interesado en el mundo que le rodeaba, Zalce adolescente miró y descubrió su entorno detrás de la lente, particularmente los barrios de la ciudad de México, Gustaba leer el periódico y recortar los artículos y notas de su interés y guardar imágenes, en especial las relativas al arte.
En la Academia de San Carlos realizó sus primeros ejercicios de anatomía; inicia por un autorretrato y se enfrenta al problema de saber captar no los rasgos físicos y facciones sino la personalidad del retratado.
La cámara, indicó Mizraím Cárdenas, permitió a Zalce registrar sus contextos y su entorno, y los procesos creativos desarrollados a lo largo de su vida, como se muestra tanto en el catálogo presentado como la exposición montada recientemente en el mezzanine de la Universidad Latina de América, institución educativa interesada en apoyar el proyecto.
Finalmente, Mizraím Cárdenas indicó que el archivo fotográfico de Zalce Torres es material motivo de una investigación, lo mismo que cartas libros, bitácoras y documentos propiedad del artista nacido el 12 de enero en 1908 en Pátzcuaro, Michoacán.
Ante directivos, académicos y estudiantes de la Universidad Latina de América, Francisco Bautista Rangel, investigador del Centro de Documentación e Investigación de las Artes de la Secretaría de Cultura de Michoacán explicó que la vida y obra de todo gran artista es similar a un edificio en construcción, es decir se trata de la contextura humanitas, donde habitan gran número de elementos simbólicos, mismos que abrevian los márgenes estéticos y códigos culturales de una época específica,
También enmarcó el replanteamiento y la línea de trabajo respecto a los eventos de aniversario y homenaje a Zalce, mismos que se sintetizan en la exposición alojada en la institución educativa anfitriona, y cuyo testimonio se encuentra en el catálogo, acciones derivadas de un proyecto iniciado en 2013.
Luego de ofrecer una explicación sobre la articulación de un equipo de trabajo que concentrara las premisas y seguimiento metodológico del proyecto, Francisco Bautista indicó que se coordinaron las fases de rescate, investigación y delimitación temática sobre los contenidos específicos de la exposición, manteniéndose como aspecto permanente y como punto de arranque cronológico el traslado de Zalce de la ciudad de México a Michoacán, “la tierra prometida y recobrada” donde se hunden las raíces del ser humano.
Agregó Bautista Rangel que la biografía del artista y sus aportaciones quedan expuestas a la reinterpretación y analítica desde enfoques interdisciplinarios e incluso ante el conocimiento científico.
Al citar las palabras de crítico de arte Alberto Híjar Serrano, y de la periodista Beatriz Zalce, vertidas en la charla titulada “Zalce sin fronteras”, Bautista Rangel destacó al Zalce nacionalista y de ímpetus fundacionales a favor de la educación artística como recurso de salud pública, la amplitud y el poder de su obra que encuentra el ensamblaje idóneo entre denuncia y política, y el Zalce insobornable ante los cambios de la izquierda mexicana, pero la amplitud de su dimensión estética con el grupo de Los Contemporáneos.
Eugenia Macías, coordinadora de la carrera de Historia del Arte de la Escuela Nacional de estudios Superiores de la UNAM campus Morelia y también presentadora de la obra, resaltó el aspecto de Zalce como ilustrador que lo llevó a vincular la Literatura y las Artes visuales. Destacó otros rasgos en su vida y obra, relativos a revalorar el arte popular, la indagación hacia la abstracción.