MORELIA., Mich, 18 de diciembre de 2014.- La chatarra de unos es un tesoro para otros, al menos así pasa en el caso del joven escultor de 20 años Carlos Andrade Estrada, quien desde hace dos años hace hermosas obras con pedazos de fierro.

Hace poco más de un año, Carlos Andraderealizó su primera exposición en un hostal de la ciudad y a partir de ese momento se abrieron otras puertas como en la Casa Natal de Morelos, en el Archivo Histórico y en el Jardín de Las Rosas.

Inculcar el arte a Carlos desde niño, fue uno de los aciertos de su padre ya que desde entonces empezó a amarlo,  Estrada Andrade, informó que: “yo quería ser músico, pero por razones del destino fue que me empecé a meter más con la escultura y a usar la técnica que usa mi papá y me gustó mucho, desde entonces trabajo con chatarra. La gente piensa que lo que hago es una técnica barata por ser basura pero la verdad es que no es así, uno tiene que ir a los deshuesaderos y a los centros de acopio, el kilo de  metal me lo venden a nueve o 10 pesos, se piensa que es poco pero como el metal pesa mucho, con cualquier cosa se eleva el precio”.

El apoyo hacia los nuevos talentos es muy difícil en el estado, ha ello Andrade Estrada expresó que: “todos te cierran la puerta por ser joven, las secretarias se acercan de una manera muy pretenciosa, solo quieren que les aportes pero cuando uno les pide algo no te apoyan, por eso prefiero no pedir nada y hacer todo por mi propia cuanta aunque es mucho más difícil, en los museos también piensan que por que eres joven las cosas te las tomas a lo tonto o eres muy ingenuo”.

Los turistas, normalmente son quienes le compran sus obras, por lo que Carlos Andrade expresó que: “los turistas de otros estados y países son los que más me comparan obras, desafortunadamente a los morelianos se les hace irrelevante estas obras, uno quisiera que su arte se quedara aquí mismo pero normalmente es con vacacionistas”.

Las piezas que con tanto amor hace Charly como le dicen los amigos, las muestra cada domingo de 11:00 a 15:00 horas en el Jardín de Las Rosas, los precios oscilan entre los 300 a ocho mil pesos.