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MORELIA, Mich., 23 de noviembre de 2015.- Un remake es, como su nombre lo indica, la realización de una película que ya se ha hecho antes, es decir, una “re-realización”. En ocasiones los remakes son fuente de controversia, especialmente en el caso de fieles seguidores de la original que insisten en su superioridad sobre las otras versiones. Sin embargo, esta cuestión de fidelidad se complica cuando la original y el remake fueron realizadas por el mismo director.
Grandes cineastas como Alfred Hitchcock y Michael Haneke han hecho la misma película más de una vez, aunque no siempre con los mismos resultados ni por las mismas razones. A continuación, cinco casos de auto-remakes en la historia del cine:
The Ten Commandments (1923) y The Ten Commandments (1956), de Cecil B. DeMille: Uno de los padres fundadores del cine de Hollywood, Cecil B. DeMille siempre se inclinó por las historias épicas; y no hay como la biblia para inspirar súper producciones cinematográficas. En 1956, el director re-hizo una de sus películas más impresionantes The Ten Commandments, pero ahora gozando de las posibilidades del cine con sonido y en Technicolor, y con la participación de súper estrellas como Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter y Edward G. Robinson.
A Story of Floating Weeds (1934) y Floating Weeds (1959), de Yasujiro Ozu: El director, reconocido por el carácter indiscutiblemente japonés de sus películas, hizo el remake de A Story of Floating Weeds más de 20 años después de haber realizado la original. Esta decisión fue impulsada por los avances tecnológicos de la época, pues a diferencia de la primera versión, Floating Weeds de 1959 fue filmada con sonido y a color. La popularidad de la película original posiblemente también fue un factor decisivo.
The 39 Steps (1935) y Saboteur (1942), de Alfred Hitchcock: The 39 Steps, basada en la novela homónima del autor escocés John Buchan, es una de las primera películas de Alfred Hitchcock y pertenece a su periodo británico, es decir a las películas que realizó antes de su migración a Hollywood. Saboteur, realizada en Estados Unidos, tiene suficientes elementos similares a The 39 Steps como para ser considerada un remake “americanizado” de esta película, o por lo menos eso asegura William Rothman en su libro Hitchcock, Second Edition: The Murderous Gaze (1982).
Ambas películas son protagonizadas por un hombre inocente que huye de una organización criminal, y en ambas Hitchcock experimentó con el género de acción. Incluso existe la teoría que la emblemática North by Northwest (1959), del mismo Hitchcock, también está inspirada en The 39 Steps. Este caso, en el que el remake no es tan franco, sirve para plantear la pregunta: ¿será que estas películas son ejercicios encaminados a perfeccionar una única obra maestra? Hitchcock también volvió a hacer su película de 1934, The Man Who Knew Too Much, en 1956 (con el mismo título), con la intención abierta de corregir lo que él consideraba sus errores de principiante.
L.A. Takedown (1989) y Heat (1995), de Michael Mann: El director estadounidense escribió y dirigió la película para televisión L.A. Takedown y, trass el éxito de The Last of the Mohicans (1992), tuvo la oportunidad de profundizar en la trama y en los personajes de su obra anterior. El resultado fue la celebrada Heat, una película mucho más compleja que la original, protagonizada por Al Pacino y Robert De Niro.
Funny Games (1997) y Funny Games (2007), de Michael Haneke: La primera versión de esta película, escrita por Michael Haneke, está hablada en alemán y situada en Austria. De acuerdo con The Playlist (el blog de Indiewire), Haneke siempre tuvo la intención de dirigir esta película a un público estadounidense, pero no tuvo el presupuesto suficiente para realizarla en Estados Unidos. Finalmente, cuando el director obtuvo más reconocimiento mundial, el productor Chris Coen le ofreció rehacer la película de modo que llegara a la audiencia a la que estaba originalmente destinada. El remake fue protagonizado por Naomi Watts, Tim Roth (Invitado de Honor del 13º FICM), Michael Pitt y Brady Corbet, pero fuera del cambio de actores, locación e idioma, Funny Games de 2007 es casi idéntica, cuadro por cuadro, a la original.