Deben replantearse estrategias de museos de etnología: Martin

MORELIA, Mich., 23 de enero de 2016.- El director del Museo del Quai Branly de París, Stéphane Martin, planteó los retos que en la actualidad enfrentan los muesos de etnología en el mundo, así como las estrategias que se han desarrollado en ese recinto para atraer a más público.

Según un comunicado de prensa, al dictar la conferencia magistral titulada ¿Para qué sirve un museo de etnología en el siglo XXI? en el Museo Nacional de Antropología, aseguró que el recinto de Chapultepec es uno de los museos más bellos en el mundo y que a diferencia de éste, dedicado a las culturas desarrolladas en territorio mexicano, el francés tiene la vocación de la alteridad, es decir, se ocupa de las culturas extranjeras.

Ante especialistas mexicanos, Stéphane Martin recordó que los antecedentes de los museos de etnología son los gabinetes de curiosidades que buscaban sorprender con una colección de objetos extraños y exóticos, pero ya en forma de museos adquirieron una mirada de nostalgia y de preservación para la humanidad de dichos objetos.

Sin embargo, en los últimos años esos recintos han padecido una serie de crisis, entre éstas, de la representación, ya que solían recrear, por ejemplo, las chozas en que vivían ciertas culturas, como si las personas fueran objetos, lo cual ya no funciona porque además, los niños que asisten cotejan esa información desde sus teléfonos celulares.

El especialista francés apuntó también que los de etnología, a diferencia de los museos de arte contemporáneo, presentan objetos que no fueron creados para estar en esos recintos, por lo que están prisioneros y ahí enfrentan enormes limitaciones para transmitir su poder.

Ante esta situación, el Museo del Quai Branly, ubicado en una zona privilegiada de París, al lado de la Torre Eiffel y el Río Sena, tiene un discurso diferente para presentar las culturas del mundo y es que, por ejemplo, no tiene salas que dividan o marquen un recorrido obligatorio y las piezas son colocadas en pedestales para darles la importancia que merecen en este contexto artificial.

“El conjunto de las colecciones del museo se muestran en una sola sala, es decir no hay una sucesión de salas como un en museo clásico, sino que hay un solo espacio en que todas las culturas pueden dialogar” y así los visitantes tienen libertad para saltar de un continente a otro y participar en el propio discurso del museo.

Adicionalmente, la mitad del museo, alrededor de 4 mil 500 metros cuadrados, está destinada a la exhibición de su colección permanente, el 30 por ciento de la cual cambia cada año y la otra mitad es para exposiciones temporales.

Un total de ocho muestras temporales se realizan cada año en el Quai Branly, las cuales están abiertas a ser curadas por científicos, cineastas y hasta futbolistas, entre las cuales se han presentado temas ajenos a la colección permanente como son los tatuajes, el kitsch en Polinesia o la figura de Tarzán.

La directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, María Teresa Franco, destacó que las exposiciones Teotihuacan. Ciudad de los diosesy Mayas. Revelación de un tiempo sin fin, fueron presentadas en el museo parisiense  donde tuvieron una gran afluencia de visitantes.

Ahora, dijo, el Museo Nacional de Antropología exhibe la muestra Río Congo, procedente del Quai Branly e integrada por 345 piezas que hermanan a México con el Continente Africano y de las cuales, 100 nunca habían salido del museo francés.