Conoce el trabajo teatral en Michoacán para la última semana de abril
MORELIA, Mich., 26 de abril de 2016.- Pese a que en el Portugal de los años treinta y sesenta del siglo pasado, Antonio de Oliveira Salazar ejerció la dictadura, expresiones artísticas como el cine no se vieron realmente afectadas.
Según un comunicado de prensa, de hecho, fue en ese periodo cuando en el cine lusitano se sembraron importantes semillas: el comienzo de los filmes sonoros, las notables comedias realizadas por Arthur Duarte, las primeras cintas de Manoel de Oliveira y sensibles melodramas que utilizaron tanto el escenario de la vida rural y los barrios pobres de la ciudad como la valiosa música popular.
Con el propósito de repasar una etapa esencial dentro de la historia cinematográfica de Portugal, del 28 de abril al 8 de mayo la Cineteca Nacional ofrecerá el programa La época de oro del cine portugués, periodo que abarca de los años treinta a los cincuenta del siglo XX. El ciclo se presenta en colaboración con la Cinemateca Portuguesa, el Instituto Camões y la Embajada de Portugal en México, y tendrá lugar en la Sala 9, Juan Bustillo Oro.
La programación arranca con La severa (A severa, 1931) cinta de José Leitão de Barros sobre la vida de Severa, considerada la creadora del fado y durante mucho tiempo la máxima exponente de la música popular portuguesa.
Posteriormente La canción de Lisboa (A canção de Lisboa, José Cottinelli Telmo, 1933), que sentó las bases de la comedia del periodo y que dio al cine portugués sus mayores éxitos de taquilla.
La canción de la Tierra (A canção da Terra, 1938) dirigida por uno de los primeros críticos cinematográficos de Portugal, Jorge Brum, nos lleva hasta Porto Santo, una pequeña isla azotada por una terrible sequía.
Considerada como uno de los mayores éxitos del cine portugués de su época, La aldea de la ropa blanca (Aldeia da roupa branca, Chianca de Garcia, 1938) narra la historia una joven que atiende el negocio familiar en un pueblo. Cuando el comercio parece no prosperar, ella irá a la capital a buscar a Chico, de quien está secretamente enamorada.
Mal recibida en el momento de su estreno, Duero, trabajo fluvial (Douro faina fluvial, 1931) es la primera película de Manoel de Oliveira. Se trata de un corto que retrata su natal Porto y la labor industrial que tiene lugar a lo largo del principal río de la ciudad: Duero. Continuando con Oliveira, quien posteriormente fuera considerado el cineasta más prestigioso de Portugal, se suma Aniki Bóbó(1942), su primer largometraje de ficción.
En Fado, historia de una cancionera (Fado, história de uma cantadeira, Perdigão Queiroga, 1947) una joven fadista y su novio Júlio viven en un barrio humilde de Lisboa. Cuando ella se vuelve rica y famosa a causa de su talento, él se siente traicionado y decide embarcarse a África para no volver a verla. Este clásico melodrama del cine portugués constituyó uno de los más grandes éxitos de taquilla de los años cuarenta.
Por sus chistes visuales, la ironía dramática y sus diálogos ágiles, El padre tirano (O pai tirano, António Lopes Ribeiro, 1941) es una de las mejores comedias de la edad de oro del cine portugués.
En El costa del castillo (O costa do castelo, Arthur Duarte, 1943) la señora Rita y el señor Januário tienen como inquilinos en su pensión a la joven Luisinha y a Simplício Costa, un perezoso pero talentoso guitarrista de fados. Por su parte, Amor de perdición (Amor de perdição, 1943), una tragicomedia amorosa dirigida por António Lopes Ribeiro, captura el fatalismo de la novela del célebre escritor Camilo Castelo Branco.
Después del éxito de El costa del castillo, Arthur Duarte regresó a la comedia introduciendo un nuevo elemento: la radio, medio que en aquel momento se expandía en Portugal. Así, en La muchacha de la radio (A menina da rádio (1944) vemos a Cipriano y Rosa, dos comerciantes que se odian mutuamente. Por otro lado, sus respectivos hijos, Geninha, y Óscar, se aman apasionadamente.