Aarón Ortiz, El gallo fino, cuenta su vida y trayectoria como jinete

MORELIA, Mich., 18 de junio de 2025.- Una vida dedicada al jaripeo llegará a su fin el próximo 1 de enero de 2026 en la plaza de toros de Charo. Se trata de la despedida oficial en México de Aarón Ortiz, conocido como El gallo fino de Charo, de las montas en los jaripeos.
Aarón Ortiz tiene 41 años y dejó de montar en 2021. Sin embargo, tuvo una trayectoria profesional de aproximadamente 25 años, tanto en México como en Estados Unidos.
Participó en jaripeos en Puebla, Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Guerrero, Querétaro, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí y por todo Michoacán. "Todavía antes de los 40 es buena edad para dejar la jineteada", afirma. “Aunque hay algunos que con más de 40 años siguen montando, igual hacen una monta buena o dos y después salen lesionados y ese es el problema, ya no se tienen los mismos reflejos”, asevera.
Recuerda que las primeras veces que montó fueron emocionantes, aunque la primera caída lo marcó. “En esas malas rachas, cuando caíste una vez, que en una segunda vez te volvió a tumbar el toro y en una tercera igual, ya de ahí te entra un miedo. Montas con ese miedo, el miedo a que te vuelva a tumbar”, comenta. Asegura que es en esos intentos cuando uno recupera la confianza y el ritmo; así se sale de las malas rachas.
Sus tíos y abuelos tenían animales, y cuando eran niños los subían a la fuerza, cuenta. Su primera monta profesional fue a los 13 años con un toro de ganadería. Le fue bien esa vez, aunque un par de años antes, en un carnaval en Indaparapeo, montó un becerrón que le golpeó la cara y le abrió el labio en el primer reparo.
Es muy diferente en los jinetes a lo que hacen los toreros antes de entrar al ruedo, que realizan rezos y una serie de rituales. Con los jinetes nada de eso pasa, "antes si uno iba a montar se persignaba, ahora la hacemos mucho de emoción, queremos que nos haga una misa, el padre ahí, o sea más bien ahora no son tan profesionales como antes, te persignas y todo, pero hay chavos que se hincan, se pegan en los cachetes, en la cara, hacen un relajo para recibir al toro para caerse en dos o tres reparos".
Recuerda como uno de los golpes más fuertes que se llevó en una ocasión en un jaripeo en Maravatío, donde el toro se cayó con él, "el pasto ya estaba seco entonces el toro aventó el reparo pero no se sostuvo en el piso, se resbaló y caí y me di un golpe bien bueno, la mitad de la cara raspada y estaba noqueado, la verdad". También contó que en el 2021 antes de retirarse, en una ganadería en Atlanta, un toro lo desmayó.
Con todas las satisfacciones, tristezas, molestias, triunfos y lo que le ha dejado su carrera como jinete, hoy en día no alentaría a un hijo que se dedicara a esto. Tiene solamente hijas y un sobrino que ya tiene 13 años, "si no se enseñó de más chico ahora de grande no lo va a hacer, expresa "es muy difícil así, que un muchacho aunque tenga ganas, se haga bueno para montar, aparte ahorita están los toros más canijos, los cajones están más altos y hay más rivalidad".
Durante su trayectoria pudo mantener a su familia por buen tiempo, recibió buenos pagos, construyó su casa, un corral para sus toros y se compró un vehículo. Al viajar a Estados Unidos tuvo que vender sus animales, pero aún conserva su casa y su corral.
Como dato adicional: El gallo fino de Charo ya se retiró en Estados Unidos mediante una gira. No había podido hacerlo oficialmente en México por falta de fecha en la plaza de toros de Charo, pero ahora lo hará, aunque haya dejado de montar hace años. Aun así, anunció que realizará su última monta el próximo 1 de enero de 2026.