MORELIA, Mich., 1 de diciembre de 2017.- Lograr el desarrollo sustentable en la sociedad global, depende de varios factores que van desde el uso racional del agua, recursos agropecuarios y el tratamiento de los desechos líquidos y sólidos, hasta el salario que perciben los habitantes de una región o país, afirmó el matemático Vicente Rico Ramírez, profesor investigador del Tecnológico Nacional de México-Instituto Tecnológico de Celaya.

De acuerdo a un comunicado de prensa, con esta quinta conferencia referida a la sustentabilidad y su estimación a través de programación matemática, culminó en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo el primer periodo de la Cátedra Ing. Pascual Ortiz Rubio, instituida con motivo del Centenario de la Casa de Hidalgo.

Dictada por el investigador de la Universidad de Celaya, Vicente Rico Ramírez, la conferencia referida a ciencia, innovación y desarrollo tecnológico para la sustentabilidad, en el auditorio de la Facultad de Ingeniería Química, la exposición demostró a alumnos y profesores presentes cómo a través de la matemática aplicada pueden deducirse los factores que alteran el desarrollo sustentable.

Durante su exposición, luego de recibir la bienvenida por parte de la directora de la Facultad de Ingeniería Química, María del Carmen Chávez Parga y del director de Vinculación y Desarrollo, Dante Ariel Ayala Ortiz; el ponente explicó tres modelos de programación matemática útiles para determinar sistemas que propicien el desarrollo sustentable.

Definió la sustentabilidad como la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer los requerimientos de las futuras generaciones, lo anterior a través de niveles apropiados de la población humana y la biodiversidad, una actividad económica que favorezca el empleo y una alta eficiencia energética con bajo impacto ambiental.

En el caso del aprovechamiento del agua, el matemático presentó un modelo que calcula el uso de agua, al ahorro de la misma por parte de la población y la industria; la captación de aguas pluviales y el tratamiento de aguas residuales: sus costos y el compromiso legal que deben asumir los consumidores con las autoridades.

En el caso del modelo para tratamiento de residuos sólidos, se logró calcular para el caso de la ciudad de Celaya, no sólo los costos sino la efectividad de la separación de residuos, reciclaje, transporte y destino final, que en la actualidad han alcanzado únicamente la posibilidad de un relleno sanitario del cual se desprende gas metano para combustión.

El modelo muestra la posibilidad de la separación de residuos para mejorar su transporte, reciclaje, elaboración de composta y el aprovechamiento de biogás para la producción de energía eléctrica.

Vicente Rico Ramírez afirmó que en los países en donde sus habitantes perciben un buen salario es más factible que cumplan con el aprovechamiento de agua, reutilización y separación de residuos sólidos, mientras que en aquellas poblaciones que sufren de pobreza, salarios insuficientes o bien han pasado por procesos sociales como guerras o desastres naturales, se pierde el equilibrio ecológico y la posibilidad de aspirar a un nivel de sustentabilidad que proteja el ecosistema.

El investigador SNI 2, estudió su doctorado en la Carnegie Mellon University en Pittsburgh, Estados Unidos al lado de su tutor Arthur W. Westerberg. Durante su estancia fue miembro del Institute for Complex Engineered Systems en Carnegie Mellon y miembro del grupo desarrollador del Simulador ASCEND.

Como parte de su tesis trabajó en la implementación de algoritmos y estructuras de modelación útiles en la solución de modelos condicionales.

Vicente Rico trabaja en la actualidad en la aplicación de técnicas de programación mixta entera en el diseño y la optimización de procesos químicos al lado de sus alumnos Pablo Rodríguez González y Jaime Garibay Rodríguez; así como con los investigadores José María Ponce-Ortega de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Urmila M. Diwekar presidenta y fundadora del Instituto de Investigación Vishwamitra de la Universidad de Chicago; y Heriberto Cabezas de la Agencia de Protección Ambiental EPA en los Estados Unidos.