En medio de amago de protestas realizan asignación de plazas docentes
MORELIA, MIch., 28 de febrero de 2016.- Para no perder la continuidad en el control de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán, el clan Jorge Cázares-Juan José Ortega Madrigal echó mano de una carta discreta, hasta ahora con precario protagonismo, pero con un conocimiento total de la problemática magisterial y sindical: Víctor Manuel Zavala Hurtado.
Un diagnóstico de Quadratín indica que el egresado de la Escuela Normal de Educación Física de Pátzcuaro goza de la confianza interna y externa debido a que es un activista serio, moderado y flexible, de buen trato, sin aspavientos, aunque domésticamente tiene dos enemigos políticos irreconciliables, que le harán la vida de cuadritos: Sergio Espinal y Artemio Ortiz.
La mancuerna Cázares-Ortega tomó la decisión de dar un golpe de timón al ramillete original de candidatos, en virtud del encono y polarización que se gestaban en el Séptimo Congreso de Bases, y mandó como bateador emergente al ex secretario Técnico de la Sección 18, precisamente porque ayudaba a distender el escenario y abona a la posible negociación posterior con Espinal y Ortiz.
Actores de los sindicatos magisteriales, del gobierno estatal y federal, y analistas de medios juzgan que Víctor Zavala fue la inesperada pero grata propuesta que permitirá un compás de espera al seno de la CNTE, mientras que al exterior, principalmente en las administraciones de Enrique Peña y Silvano Aureoles, ya es visto con respeto por su perfil no belicoso y su tendencia al diálogo y a los acuerdos.