Internet no educa, hay que educarnos para la red: Savater

MORELIA, Mich., 29 de octubre de 2014.- Dar tablets a los estudiantes, dotar a las escuelas de computadoras e instalar la infraestructura necesaria para conectarse sirve para atender rezagos en el rubro, aunque el riesgo es que muchos piensan que esto garantiza una formación académica, pero “en realidad Internet no educa a nadie, nosotros debemos educarnos para Internet”, aseveró en la UNAM el filósofo español Fernando Savater.

Al impartir la conferencia magistral Ciudadanos en la red y la nube, en la Sala Nezahualcóyotl, planteó que una de las mayores paradojas del mundo moderno es que “en tiempos pasados el gran problema era que la información llegaba a cuentagotas y hoy lo hace en aluviones”.

Ante un público formado en su mayoría por jóvenes que para asegurar su asiento tuvieron que inscribirse de forma virtual, el exacadémico de la Universidad Complutense de Madrid advirtió que ante este cúmulo de datos es fácil perder la brújula.

“Navegar en este mar es complicado y para hacerlo sin extraviarse es preciso desarrollar una habilidad básica: distinguir lo valioso de lo estéril”.

Una crítica frecuente formulada por los educadores es que el uso constante de los dispositivos conectados a lo virtual han mermado las capacidades de lectura y escritura de los jóvenes, pero Savater desestimó el argumento.

“En realidad no es así, personas que antes no redactaban una línea hoy lo hacen con frecuencia y además absorben infinidad de páginas, sólo que no con la lógica que tendría un libro, sino más de la mano del azar, lo que rompe con el orden de la cultura”, subrayó.

Para el doctor honoris causa por la UNAM, que un texto impreso o un diario en papel presenten sus escritos de determinada forma responde a una secuencia lógica y esencial para estructurar entendimientos y saberes. “Saltar caprichosamente de una fuente de datos a otra ha generado un fenómeno muy de nuestros tiempo: un desconocimiento hiperinformado”.

Al respecto, Savater compartió que tras jubilarse comenzó a frecuentar centros escolares para compartir sus reflexiones. “En una ocasión, en un colegio de Madrid, expuse mi parecer y la respuesta a mis planteamientos vino en forma de una niña que se me acercó y dijo, ‘no es que los chicos de ahora sean más ignorantes, simplemente es que están satisfechos de serlo’. Eso es lo que debemos modificar”, concluyó