MÉXICO, DF., 25 de octubre de 2014.- Un grupo de profesionales de diversas bibliotecas del Subsistema de la Investigación Científica unieron esfuerzos técnicos y financieros para fortalecer el desarrollo de las colecciones electrónicas universitarias a fin de apoyar el desarrollo de la investigación en la UNAM, mediante la recuperación de documentos únicos que requieren tanto académicos como estudiantes de posgrado y licenciatura.

Se trata del Grupo de Bibliotecas en Ciencias, representado por Saúl Armendáriz y Raúl Novelo, quienes destacaron la importancia de estos recursos informáticos en una de las tareas sustantivas de esta casa de estudios: la investigación. Hoy, el conjunto de colecciones cuenta con 305 mil títulos de e-books, 25 mil de revistas y 135 bases de datos.

Todo empezó hace poco más de una década en la Biblioteca Conjunta de Ciencias de la Tierra, uno de los primeros reservorios de textos que requirieron libros electrónicos para hacerlos llegar a las unidades de investigación de la Universidad Nacional, ubicadas en sitios tan distantes como Hermosillo, Sonora, o Puerto Morelos, Quintana Roo.

¿Cómo hacer llegar la información de manera oportuna, rápida y sin daño a investigadores que trabajan en los buques Justo Sierra y Puma? La respuesta es el formato electrónico.

La iniciativa coincidió con el proyecto de la entonces Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (hoy DGTIC), que buscaba dar a conocer este formato entre la comunidad universitaria, con lo que empezaron a surgir otros esfuerzos bibliotecarios electrónicos como la Red Eco de Economía o la Red Bios de Biología y Biomedicina.

Otro escollo a salvar fue el acceso a las colecciones aisladas, por lo que los especialistas exploraron el concepto “igualdad de información”, pues las bibliotecas de la UNAM resguardan datos útiles para usuarios de diferentes procedencias. “Considerar que un título va a ser revisado no sólo por una persona, sino por toda la comunidad universitaria (facultades, escuelas y preparatorias) evitó la duplicidad y permitió llevar equidad en el rubro”, enfatizó Saúl Armendáriz.

El Grupo de Bibliotecas de Ciencias contribuirá al desarrollo de colecciones documentales electrónicas para ofrecer servicios únicos a los especialistas. “Nuestro compromiso es que éstos tengan en menos de 24 horas el documento solicitado para que no pongan pausa a sus labores”, agregó.

Otro de sus empeños es que los usuarios tengan acceso mediante una base de datos general, servicio al que califican de innovador, pues el usuario no sólo dispondrá de una biblioteca, sino de 27 acervos dentro del campus para allegarse la información sin restricción alguna.

Además, la disponibilidad de e-books ha aumentado en forma exponencial: tener un libro en la nube no servía de mucho si se concebía aún como impreso. Hoy, con la gestión del Grupo de Bibliotecas de Ciencias, la UNAM adquirió la bibliografía electrónica a perpetuidad “para que los accesos sean simultáneos por parte de multiusuarios. Si la consulta es múltiple (por ejemplo de 100 o 200 individuos) el ahorro de recursos financieros es enorme”.

El Grupo Bibliotecas en Ciencias se integra por 27 entidades de Ciudad Universitaria; las facultades de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán y Acatlán, así como los institutos de investigación científica de Morelos, Baja California y Michoacán. El proyecto sitúa a esta casa de estudios a la vanguardia en el rubro. “Las comisiones de las bibliotecas evalúan el trabajo que apoya el desarrollo científico de la Universidad y del país”, agregaron los coordinadores.

Próximamente, el grupo incluirá en su programa otros acervos. “Queremos ir más allá y abarcar revistas electrónicas”, concluyó Raúl Novelo.