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MORELIA, Mich., 23 de octubre de 2014. Pese a la actividad sísmica, volcánica y las fallas geológicas existentes en el estado de Michoacán, no existe una red sismológica estatal, los registros históricos representarían una oportunidad de la naturaleza para establecer protocolos de información, prevención y respuesta en caso de un desastre natural, pero nada de eso existe.
Lo anterior fue dado conocer por Víctor Hugo Garduño Monroy, investigador de la UMSNH quien agregó que con recursos privados, un grupo de investigadores trabaja en la creación de una red mínima, pero que los gobiernos estatal y federal no están consientes, ni preocupados de este gran peligro sísmico.
Las tres zonas sísmicas de Michoacán son: la Costa con la Placa del Pacifico, la zona de las fallas internas de Morelia a Cambay y la sismicidad ligada a la actividad volcánica, si se le diera un valor de peligro sísmico el más alto quedaría en la costa de Michoacán por los movimientos submarinos que en un momento determinado podría generar olas superiores a los diez metros como las registradas en el año de 1923.
Cabe añadir que fue en la zona costera michoacana donde se generó el sismo de 1985, el cual causó daños catastróficos en la ciudad de México, siendo un parte aguas en materia de protección civil en el país, ya que después de éstos hechos, fueron creados la Cenapred, la Copredem al mismo tiempo que aumentaron el número de científicos en sismología y vulcanología.
Afirmó que la sociedad no está preparada para un evento de ésta naturaleza y agregó que a las autoridades de Morelia, Uruapan y Lázaro Cárdenas -consideradas como de mayor riesgo- se les entregó el estudio de microzonificación sísmica para adecuar o crear nuevos reglamentos de construcción, lo que no se ha hecho por parte del gobierno y se sigue edificando sin tomar en cuenta las fallas geológicas.
Aunque reconoció el momento de distracción por el que atraviesa el estado, afirmo que los momentos de crisis son los momentos de creatividad y que el Estado debería de estar sumamente preparado e informado de la actividad sísmica así como tener un sistema preventivo y de respuesta adecuado.
Hay antecedentes de sismicidad histórica en el estado, durante el año de 1858 en Morelia y en Patzcuaro en 1848, los cuales alcanzaron intensidades entre ocho y nueve grados en la escala de Richter; así como de actividad volcánica relacionada a los nacimientos de volcanes en 1758 con el Porullo y en 1943 con el Parikutin.
“No debemos de responder después del evento, con los datos históricos la naturaleza nos está dando la oportunidad para prepararnos con una red sismológica, hacer los programas adecuados de alarma sísmica, los programas adecuados de prevención, pero hay que hacerlos ahora y no cuando sea demasiado tarde” concluyó el entrevistado.