Mente sana en cuerpo sano… con finanzas sanas
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de abril de 2016.- Cuando las tropas de Estados Unidos invadieron suelo panameño, en el primer minuto del 20 de diciembre de 1989, persiguieron tres metas: restablecer la democracia, capturar por narcoactividad al general Manuel Noriega, “hombre fuerte” de Panamá, y desbaratar el entarimado de tráfico de drogas y lavado de dinero montado por el régimen militar al amparo de una múltiple cadena de secretismo en servicios logísticos transnacionales para clientes mundiales en una tierra que ganó fama como refugio, enclave, paraíso o santuario fiscal.
En un país cuyo principal activo es su posición geográfica y que, al independizarse de Colombia en 1903, asumió el dólar desde 1904 como moneda legal, el Canal de Panamá abierto en 1914, la Zona Libre de Colón inaugurada en 1948 y el Centro Bancario Internacional instalado en 1970, acuerpan la vasta oferta de servicios jurídicos, financieros, fiduciarios o contables para desaparecer ganancias, ocultar accionistas en sociedades anónimas y otros instrumentos y eludir tributos, publica el diario El Universal.
A la sombra de las tropas de ocupación, la democracia panameña —interrumpida por un golpe de Estado que un grupo de militares ejecutó en 1968— fue restablecida, pero sin despojarse del paraguas colonial de EU.
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