APATZINGÁN, Mich., 3 de abril de 2014.- Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), constató un avance del 83.5 por ciento en la instalación de 400 comedores comunitarios comprometidos a favor de 40 mil habitantes de las regiones de Tierra Caliente y la Meseta Purépecha. 

De acuerdo con un comunicado de prensa, ante centenares de beneficiarios de los programas sociales de la Federación, la titular de Sedesol felicitó públicamente al delegado Víctor Silva por los buenos resultados en la implementación de la Cruzada contra el Hambre que durante el presente año llegará a 51 municipios de Michoacán. Durante el evento la secretaria también exhortó a la delegación a redoblar esfuerzos para obtener un magnífico trabajo.

El centro de Apatzingán y ante más de dos mil 500 beneficiarios, la secretaria federal entregó tarjetas del Programa de Abasto Social de Leche Liconsa, de Oportunidades, del Esquema de Apoyo Alimentario SINHambre y del Programa Pensión para Adultos Mayores, que permitirán seguir potencializando las acciones de la Cruzada en beneficio de las familias más pobres de Michoacán.

Acudieron a la gira el comisionado Alfredo Castillo, el gobernador Fausto Vallejo y el director de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, responsable de la Cruzada en la entidad.

Minutos antes, Robles Berlanga visitó el comedor de San Antonio de la Labor, donde María Taurina Madrigal Manzo aportó su testimonio: Los comedores comunitarios cambiaron nuestra vida. Nuestros hijos se iban sin desayunar a la escuela y así se estaban hasta que salían; ahora salen de la casa, pasan al comedor, desayunan y se van a la escuela con la panza llena, y eso nos hace felices a todos”.

María Taurina es jefa de Tenencia en esta localidad y de esta forma sintetizó ante la titular de la Sedesol el impacto que la Cruzada contra el Hambre ha tenido en la región de Tierra Caliente, como en San Antonio de la Labor, una comunidad ubicada a ocho kilómetros de Apatzingán.

Por eso, contó Taurina, nada les costó a los vecinos agarrar la propuesta de la Sedesol de poner un Comedor Comunitario en la calle Lázaro Cárdenas  208, donde desde hace mes y medio se atiende diariamente a 120 personas con desayunos y comidas.

Frente al comedor pintado de color verde pistache, azul cielo y amarillo crema, la funcionaria federal escuchó a Taurina, quien  le narró cómo trabajan cinco equipos para ofrecer mejor alimentación a niñas, niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

“Lo bueno de que esta Cruzada sea manejada por la gente de la comunidad, es que sabemos quiénes en verdad necesitan los alimentos, quiénes tienen necesidad y no tienen dinero. A ellos se les ofrece comida con mucho gusto y sin costo”.

La titular de la Sedesol, rodeada por decenas de vecinos que vestían sus mejores ropas para la ocasión. Las mujeres hablaron con ella, quien respondía a sus preguntas y les proponía avanzar en los huertos familiares y comunitarios para que produzcan sus propios alimentos, pero les pidió que no sea solamente en San Antonio de La Labor, “donde se ve que la gente es muy trabajadora”, sino en los 33 comedores instalados en Apatzingán, con el propósito de que la gente coma mejor, pero también que pueda fortalecerse el tejido social a través del encuentro y la convivencia.

El sol quemaba y obligaba a buscar una sombra. En esta comunidad, donde la temperatura rebasa los 30 grados Celsius, viven más de mil personas en casas sencillas con techos de concreto o de palma, la mayoría pequeños agricultores y jornaleros que se dedican al corte del limón.

La secretaria Robles Berlanga se metió hasta la cocina del comedor comunitario, donde resalta la organización que tienen Ma. Guadalupe Valencia Hernández, jefa del comedor, y sus compañeras Mayra, Josefina, Paola y Angélica.

“El apoyo de la Sedesol ha sido importante para todos nosotros: los niños, antes  de ir a la escuela “Gregorio Torres Quintero”,  pasan y desayunan. Ahora todos se van a clases con la panza llena…”, comentó emocionada Valencia Hernández.

De eso se trata, le respondió la titular de la Sedesol, “de demostrar que si nos organizamos, como lo hacen ustedes en este comedor comunitario, juntos podemos derrotar el mito de que los más vulnerables, los que menos tienen, no son capaces de salir adelante por su propio esfuerzo.”

Valencia Hernández le contó que  lo que mantiene unida a la gente es el compromiso social y el deseo de ayudar a los demás, como es el caso de Don Chucho, a quien ahora todos ya ven muy repuesto, después de tantas penas que ha pasado en la vida.

Lo que nos interesa mucho son los grupos desprotegidos -contó Valencia Hernández-; hay personas ancianas que no tienen quien los alimente, y ahora ya solucionaron su problema. Fíjese, Don Jesús Moreno tiene 75 años y ya hasta cachetón lo ve la gente; él está solito; tiene una hija, pero no vive con él, y todos nos damos cuenta de que ya vive mejor.

Al comedor también van 15 mujeres embarazadas, y eso es muy bueno porque están alimentándose y alimentando a sus bebés para que nazcan sanos y fuertes.

El desayuno de este jueves consistió  en atole de  avena, frijol, huevo y sopa de pasta, y así lo contaron Ángel Eduardo y Christian, German, de 5, 4 y 3 años, respectivamente, nietos de Angélica Ángeles Carrillo Carrillo, quienes buscaban una sombra para seguir jugando con sus dos pelotas rojas y una naranja que sostienen con sus manos.

Debajo de una palapa, los menores charlaron con Rosario Robles, quien les preguntaba que quieren ser de grandes. Guadalupe, desde su silla de ruedas, le respondía que quiere ser doctora; otros dos decían que maestros. La titular de la Sedesol les dijo que coman bien y sigan estudiando, porque esa es la base para que puedan cumplir sus anhelos.

Estuvieron también presentes la titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Nuvia Mayorga Delgado;  y el diputado federal Salvador Ortíz García.