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MORELIA, Michoacán. 12 de marzo de 2016.- La tenencia de Chiquimitío, del municipio de Morelia es una comunidad rural donde el gobierno federal, a través de las delegaciones de la Secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa), implementó unos comedores comunitarios, y la intención ahora es de equiparlos con huertas y granjas de traspatio.
Víctor Manuel Tapia, delegado estatal de la Sedesol, explicó que se han implementado 450 comedores en el estado, con un costo aproximado de 120 mil pesos cada uno, además de dotar de despensas de alrededor de 60 mil pesos mensuales, donde se alimentan entre 100 y 150 personas. En el caso de Chiquimitío, se alimentan sobre 120 personas, que pagan menos de cinco pesos por los alimentos, o se los dan gratis a las personas de la tercera edad, lo decide la comunidad.
Parte de la visita del funcionario federal a la tenencia de Chiquimitío, es la entrega de materiales para la remodelación de la Casa Ejidal, que es prestada para que las señoras preparen los alimentos.
El delegado explicó que las autoridades de seguridad como la Gendarmería, la Serena o la Semar identifican lugares con conflictos delictivos fuertes, para recomendar la colocación de cocinas, que ayudan a la restitución del tejido social.
En Chiquimitío está tranquilo, cuenta un grupo de señoras, “las calles están tranquilas, los niños andan jugando” dice Yolanda, una de ellas. La señora Natalia dice a Quadratín, con pena al principio, que le parece bien lo de los comedores, pero después de un rato se suelta y cuenta que ella ha visto mejora en la gente, como en el caso de Andrés, “un muchacho ya ganado en años” que come de la cocina y le lleva de comer a su hermana, de más de 90 años, “si no fuera por eso quién sabe cómo le harían, están solitos” dice. Andrés tiene más de 80 años.
Una de las señoras, de nombre María, platica que el huerto en su traspatio va muy bien, dice que sembró maíz, cilantro, cebolla, lechuga, y algunos vegetales, “en noviembre sembré lechuga, y ya en enero me la estaba comiendo, también tenía jitomate, pero con la helada se quemó” dice.
Las señoras cuentan a Quadratín que suele pasar con frecuencia que antes del mes se les acaba la despensa, “pero pos eso no nos detiene, vamos juntando de a poquito, una trae frijoles, otra arroz, algo de maíz y se preparan los alimentos” dice una de ellas. También se queja de que quitaron la fruta y las galletas, “quesque por obesidad, pero pus los niños les gustaba venir por sus galletitas, les dábamos nomas cuatro y su comida pues, ¿usté cree que van a engordar con eso?” dice un poco indignada.
Alrededor de 20 promotores brigadistas de Sedesol apoyan a la comunidad para la entrega de materiales, se coloca una lona en el jardín de la Casa Ejidal, y unas sillas ordenadas como para hacer un evento oficial, pero no sucede así, el delegado se queda platicando con la gente que en ese momento desayuna tamales con atole de champurrado.