CIUDAD DE MÉXICO., 20 de mayo de 2014.- Frente a un escenario global de crisis económica recurrente, vulnerabilidad de los mercados financieros mundiales y la posible alza en la tasa de interés en Estados Unidos, la economía mexicana sólo puede ser blindada de los choques externos a partir de una capacidad productiva sustentada en sus sectores industrial y agrícola, planteó Arturo Huerta González, coordinador del Posgrado de Economía de la UNAM.

Según un comunicado de prensa, no tenemos política a favor de estas actividades ni del empleo y bienestar poblacional. La respuesta al entorno crítico global debe considerar el aumento salarial y del gasto público para potenciar el mercado interno y el manejo soberano de la política relacionada como una alternativa de crecimiento, estableció en la charla La problemática económica internacional y su repercusión en la economía nacional.

En México y otros países emergentes los flujos del exterior no fomentaron la productividad ni desarrollaron el campo o la manufactura, en cambio se ubicaron en el mercado de capitales y de dinero, lo que impulsó burbujas especulativas y el crecimiento de los créditos al consumo, detalló.

También señaló que el país depende de la entrada de recursos externos. “Debido a los rendimientos derivados de una tasa de interés alta y a las reformas estructurales que promueven la privatización y extranjerización de la economía, fluye un gran volumen de inversiones, lo que mantiene una inflación reducida y la paridad peso-dólar estable”.

Nuestra nación tiene más de 170 mil millones de dólares de inversión extranjera en acciones de la Bolsa de Valores y más de 140 mil millones en instrumentos de deuda pública, agregó.

El capital financiero puede salir en cualquier momento, por ejemplo, si de pronto la tasa de interés es mayor que en la Unión Americana. “No tenemos condiciones para hacer frente a esta situación ni manejo soberano de la política económica para instrumentar medidas contracíclicas”, apuntó.

La Reserva Federal

Ante académicos y estudiantes reunidos en el auditorio de la Unidad de Posgrado de esta casa de estudios, el economista expuso que la inyección de liquidez por parte de la Reserva Federal de EU a los mercados se planteó como una medida para aumentar el crédito bancario.

En cambio, los bancos orientaron los recursos recibidos a comprar instrumentos de deuda en economías emergentes como la mexicana y la brasileña, que ofrecen mayores réditos que la estadounidense. “Esta política no ha impulsado el crédito ni la actividad económica”, subrayó Huerta González.

Además, persisten problemas de insolvencia, inestabilidad bancaria, altas tasas de desempleo y baja dinámica económica. Los rescates actúan en favor de los mercados financieros y no de los desempleados, el sector productivo o el ingreso de los trabajadores, externó el galardonado con el Premio Anual de Investigación Económica Jesús Silva Herzog.

Recientemente, la Reserva Federal de Estados Unidos cedió a las presiones de los republicanos que señalan que esta estrategia genera efectos inflacionarios y burbujas especulativas. De 85 mil millones de dólares mensuales canalizados hasta 2013, hoy destina 30 mil millones menos, refirió.

Perspectivas para México

En México, el tipo de cambio es flexible ante los movimientos de capitales y al entrar en el país “abaratan” el precio del dólar y fortalecen el peso. Con esta apreciación, la nación pierde competitividad en importaciones, lo que explica el creciente balance deficitario en el comercio exterior.

A esto se suma el incremento del monto de la cartera vencida, que se duplicó entre 2010 y 2013, al pasar de 153 mil millones a 302 mil millones de pesos. El aumento de la tasa de interés elevará el costo de las deudas, la economía no crecerá y no podrá enfrentarse un escenario de crisis.

En este contexto de vulnerabilidad las reformas estructurales no promueven el crecimiento económico, comentó el autor de 16 libros y más de 200 artículos sobre teoría económica y economía mexicana, publicados en revistas especializadas.

Al cierre de marzo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó la caída de los indicadores de confianza de distintos sectores productivos, en comparación con los registrados hace un año durante el mismo mes.

En el manufacturero, el retroceso fue de 4.5 por ciento; en la construcción, de 2.5, y en comercio, de 5.1 por ciento. Al respecto, subrayó que los empresarios no contemplan perspectivas de crecimiento porque se mantienen políticas que privilegian la estabilidad de los indicadores macroeconómicos que supuestamente blindarán a la economía mexicana ante choques externos, sostuvo.

Tenemos menos industria y campo. Como resultado, perdimos la autosuficiencia alimentaria y contamos con un margen de maniobra mínimo para sortear un embate internacional de reducción en el flujo de capitales; además, ningún país puede crecer frente a los problemas de desempleo y salarios bajos, concluyó.