Michoacán: pendientes polos de desarrollo para aprovechar competitividad
MORELIA, Mich., 07 de mayo de 2016.- Bajas ventas y ausencia de apoyos laceran a oferentes de artesanías que se ubican en el interior de Casa de las Artesanías (Casart), donde debido al desconocimiento de los visitantes en torno de la existencia de del espacio comercial, así como la presencia de la tienda del Instituto del Artesano Michoacano (IAM), en la planta baja del inmueble, es “prácticamente nula” la oportunidad de colocar sus creaciones que tienen estos negocios.
“Estamos muy mal, porque no sube la gente, no sé por qué no suben, pero la venta está muy mal”, refirió una creadora de textiles, procedente de Pátzcuaro.
Le rodean piezas en fibras vegetales, desde sopladores hasta imágenes religiosas, “todo es mi trabajo, todo yo lo hago”, pero la belleza y la originalidad de estas piezas no son suficientes para atraer compradores al negocio de Pedro Dimas, artesano de Ichupio, municipio de Tzintzuntzan.
“No hay ventas, está muy triste, uno no vende nada; ayer no se vendió ni un cinco, otros días he vendido 125 pesos, otro, 100 pesos, y otro más 100 pesos, así que no alcanza ni para comer”, lamentó Pedro Aparicio.
Escasa es la cantidad de personas que ascienden a la parte alta de Casart, donde se encuentra el Museo de las Artesanías, pero aún menor es la afluencia que captan los establecimientos comerciales adjuntos, muchos de los cuales permanecen cerrados, debido a que la tienda del IAM concentra la comercialización de artesanías, por su mayor visibilidad.
“Casi no sube gente y la que sube ya ha comprado abajo, así que no hay realmente venta, tenemos que buscar fuera, sobre todo en ferias en Guadalajara y Ciudad de México, a donde llevamos la mercancía que aquí tengo”, explicó Martha Villafán, procedente de Paracho.
Promoción y difusión
La instalación de anuncios que indiquen la ubicación de los comercios de los artesanos al interior de Casart, así como una campaña de posicionamiento a través de medios de comunicación, permitirían el repunte de las ventas de los oferentes, coincidieron los entrevistados.
“Por lo menos que pongan más letreros, que hagan difusión en medios de comunicación, con eso ya tendríamos algo de venta”, refirió Martha Villafán.
La distribución de los espacios es otro factor que disminuye las oportunidades de venta de los oferentes, lo que hace aún más importante la promoción.
“No sé por qué no vendo, será que como soy el último (de los negocios) la poca gente que viene se queda a la mitad o se van para el otro extremo, y ya no me ven”, señaló Pedro Dimas.
“Que nos dejen poner anuncios allá afuera, ya los teníamos, pero los quitaron y no sabemos dónde están para volverlos a armar y ponerlos otra vez, para que la gente sepa dónde estamos y vengan a visitarnos”, expresó la artesana de textiles.