En puerta, cuarta edición de la Carrera Atlética La Violeta
MORELIA, Mich., 13 de enero del 2012.- Los acaparadores del maíz tienen el control del precio del kilogramo de la tortilla en el estado, aseguró la noche de este viernes, Roberto Sánchez Contreras, líder de la Unión de la Industria de la Masa y la Tortilla en Michoacán, además, aseguró que el gobierno del estado tiene en sus manos la solución del problema que aqueja a este sector anualmente.No obstante, el empresario reconoció que por el momento no hay “elementos” para que haya un aumento en el costo del producto elaborado a base del maíz.En entrevista con Quadratín, Sánchez Contreras señaló que actualmente están comprando el grano al mismo precio que cuando la tortilla subió a doce pesos; ahorita, no hay elementos para realizar un incremento. “En el interior del estado está subiendo el costo del litro de la gasolina, entonces, los fletes son más caros y los comerciantes están comprando el maíz a un costo elevado, es decir, más caro a lo que nosotros lo compramos en zonas productoras. Nosotros estamos comprando entre 5 mil 400 y 5 mil 500 la tonelada del maíz que es el mismo precio cuando hicimos el incremento a doce pesos”, dijo.“Yo pienso que sí el maíz se mantiene al precio antes mencionado no tiene porque subir el precio de la tortilla, pero si los acaparadores no los empiezan a vender arriba de los 5 mil 500 pesos para finales de enero o de febrero tendrá que haber un ajuste porque no podremos soportar esta situación”, abundó Sánchez Contreras.–¿Si los acaparados venden más caro la tonelada, entonces, si habrá un aumento en el precio de la tortilla?–Sí, si los acaparadores nos empiezan a subir el precio del maíz. Nosotros, no tenemos maíz almacenado. El maíz almacenado está en los silos de Asteca, y no sé con quién hicieron contrato y son los que tienen el maíz ahorita. La otra parte del grano se fue para el Estado de México y Guanajuato. Y según el precio que nos den ellos (acaparadores) cuando se acabe lo que compramos en cosecha sabremos si habrá un ajuste en el precio de la tortilla.–¿Para cuándo se les acabaría el maíz almacenado?–Nosotros compramos para un mes o mes y medio, es decir, terminando las cosechas tenemos para un mes o mes y medio. Después de este tiempo, ya empezamos a comprar y depende del precio que nos den los intermediarios quienes son los que tienen el maíz.–¿Qué se debe de hacer para que no haya un incremento en el precio de la tortilla?–El gobierno del estado debe de hacer lo mismo que hacía antes. Nosotros pactábamos precios hasta por un año porque nos ellos nos abastecían de maíz y el costo era el mismo que durante la temporada de cosecha, por lo que manteníamos el precio durante todo el año.–¿Entonces, la situación está en manos del gobierno del estado?–Sí, en el gobierno del estado. Si tu vez a los silos de Asteca cuando le conviene es paraestatal o privada. Entonces, cuando quieren subsidios si son del gobierno. Debe de dejar de jugar los dos papeles y que se los dejen al gobierno o que se haga privado y que el gobierno le entre con pago de almacenaje, pago de maniobra y lo que tenga que hacer para que se mantenga el precio del maíz.–¿La Profeco invitó a la población a presenten quejas ante un posible aumento en el precio de la tortilla?–La gente puede denunciar y la Profeco no puede hacer nada. Exactamente, no puede hacer nada si le compruebas que estás comprando caro. Además, no puede ponerle precio a un producto que tú tienes e inclusive aunque compraras caro. Tú puedes decir que tu producto es el mejor de mundo y en el mercado el producto puede costar 11 pesos y lo puedes dar en 20 pesos, la Profeco no pude intervenir solo en la verificación de las básculas a fin de que las tortillerías den el kilo completo. “La Profeco no puede intervenir con nosotros porque el precio es libre y no lo tienen controlado. Ellos, no, nos subsidia nada ni da nada. Nosotros somos los que estamos comprando los insumos y vemos realmente cuanto nos cuesta nosotros”, finalizó el líder de la Unión de la Industria de la Masa y la Tortilla en Michoacán.