Curicaveri: el dios chichimeca en el Museo Regional Michoacano

MORELIA, Mich., 11 de febrero de 2025.- Entre los múltiples tesoros que resguarda el Museo Regional Michoacano se encuentra una figurilla, única en su tipo, de Curicaveri: dios principal de los chichimecas, fundadores del imperio purépecha. Deidad del fuego, el sol y la guerra.
Podría pasar casi inadvertida, mide apenas 11 centímetros, se encuentra en posición sedente y está en el acceso a la exposición Cosmovisión y Conquista del Siglo 16. Un acercamiento a la historia del Michoacán prehispánico.
De acuerdo a la información oficial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la pieza está del postclásico tardío, entre 1200 y 1521 antes de Cristo, está modelada en arcilla y se caracteriza por tener anteojeras y bigoteras.
La Relación de Michoacán, obra atribuida a fray Jerónimo de Alcalá, describe a Curicaveri como alguien que parecía señor con una "guirnalda" de cuero blanco y un bezote pequeño, mientras a que a la mujer de Ucareo que presenció el concilio de los dioses, se le apareció como un águila blanca que tenía una verruga en la frente.
Además, el Colegio de Michoacán, en su página, instrumentos de consulta, refiere:
"... también se dice que Curicaueri era una piedra-probablemente un núcleo de obsidiana-de la cual se extraían navajas o pedazos que se le daban a los señores para que hicieran conquistas en su nombre o para que ocuparan un determinado lugar. De hecho, tener la piedra era un requisito para ser señor. Esta se guardaba en un arca, se envolvía con mantas y pieles de venado, se ponía en un altar o troje y se le hacían ofrendas de comida. Posiblemente, la piedra estaba presente en algunas ceremonias, por ejemplo durante el matrimonio de los señores, pues las mujeres de éstos eran, en primer lugar, de Curicaueri; los sacerdotes de Curicaueri la llevaba a la guerra y los señores dormían a su lado para quitarle el frío-.
Curicaueri, "estaba estrechamente relacionado con el fuego y quizás por eso los señores acostumbraban teñirse el cuerpo de negro, con humo, lo cual hacían por amor y honra a Curicaueri. En una ocasión se da a entender que se le alimentaba con leña y frente a sus templos había fogones donde ardía el fuego continuamente", añade el texto.
El principal asiento de Curicaueri era Pátzcuaro, aunque desde la llegada de Ticatame a Zacapu se le trasladó a muchos sitios. En la época de Hiripan, Tangaxoan e Hiquingaje el tesoro de Curicaueri y probablemente el mismo dios-la piedra-se trasladó a Cuyacan-Ihuatzio- y en la época de Zizispandaquare se le llevó a Mechuacan-Tzintzuntzan-.
La exposición se encuentra abierta al público en el Museo Regional Michoacano, ubicado en la calle Allende esquina con Abasolo, en el centro histórico de esta ciudad.