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MORELIA, Mich., 10 de febrero de 2015.- En América acataran la sanción a Darwin Quintero, quien fue suspendido por la Comisión Disciplinaria dos partidos, por una patada a Marco Palacios en el partido del pasado viernes. Sin embargo, creen que lo que pasa en la cancha se debe quedar ahí y no sancionar con base en videos, pues consideran que todo debe ser parejo y se tuvo que haber actuado de oficio en otras acciones, como la de Marco Palacios, quien lanzó un escupitajo a Oribe Peralta, pero el Pikolín no fue castigado y, de hecho, la jugada tampoco fue revisada por la Disciplinaria.
Cristian Pellerano señaló que sin Darwin “perdemos un jugador importante, que tiene un desequilibrio que no es fácil tenerlo en el futbol”; entonces, el mediocampista de las Águilas apuntó que para él no es justo que se sancione a un jugador después de que acabó el partido: “en lo personal, que las sanciones sean durante los 90 minutos; postpartido, es otro tema, la sanción está y la tiene que cumplir”.
Después, el Pellerano habló sobre la acción en la que Marco Palacios lanzó un escupitajo a Oribe Peralta y éste no reclamó. “El video en sí no lo he visto, pero en el juego lo vi y veo cuando sucede. El hecho quedó ahí y ahí está, no tiene caso hablar del tema. Existió, yo lo veo, pero pensábamos en jugar y no en protestar”.
Incluso, imágenes de televisión muestran el momento en el que el ex defensa de Pumas escupió sobre Peralta; además, en la toma se observó al propio Cristian a un lado de Pikolín.
Pellerano consideró que estas acciones no son parte de la competencia, sino que constituyen acciones de bajeza que van contra el espíritu del juego y de la propia picardía. “Un escupitajo no es parte del juego, una patada u otro roce sí; no sé qué le pasa por la cabeza”.
Pellerano dijo que los árbitros son susceptibles de cometer errores y ellos optan por no caer más en reclamaciones; de hecho, la directiva no protestará ni pedirá sanciones para Daniel Arreola, por la barrida en la que lesionó a Michael Arroyo, tampoco pedirá sanciones para Marco Palacios.
Finalmente, Pellerano apuntó que el futbol tiene momentos de picardía y que, si una vez acabado un partido se van a sancionar estas acciones, se le quitará esa chispa al juego. “En la picardía y en el engaño está lo lindo del futbol. Cuando uno engaña, el árbitro tiene la facultad de amonestarlo, y creo que no hay porqué sancionarlo”.
Fuente: Milenio.