Golea Rayados a Rayos a domicilio
Para Jorge Arturo Alonso Zavala, originario de Tiríndaro, municipio de Zacapu, Michoacán y quien practica el juego de pelota purépecha desde los 15 años, esta disciplina representa algo muy especial en la vida.
“Para mí es un deporte muy bonito, la uárhukua fue mi primera pasión. Lo empecé a practicar por medio de mi hermano, quien lo jugaba, lo probé y me gustó mucho, se suda más que en el fútbol y otros deportes”, explicó el joven que forma parte del equipo que participa en el XVI Encuentro Nacional de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales, en Monterrey, Nuevo León.
El atleta de 21 años, reconoció que la práctica continua de la disciplina le ha redituado en una mayor movilidad.
“Cuando empecé tenía muy pesadas las manos y por medio de esta disciplina se me agilizaron las manos y los pies, al principio es difícil, algunos se golpean y ya no quieren seguir practicando”.
En Tiríndaro, cada jugador aprende a elaborar los bastones, las pelotas y en ocasiones hasta los atuendos necesarios para practicar este deporte, que ellos denominan como uárhukua.
“El bastón cuando se corta pesa como tres kilos, pero cuando está seco, como un kilo, cada quien corta su bastón de una madera que se llama tejocote, lo dejamos secar un mes para que quede bien y después le damos la forma. La pelota es de una madera que se llama colorín, después de cortarla se deja secar más de dos meses y después se le da la forma. Todo se fabrica con materiales de la región”, compartió.
Jorge destacó que es un gran honor jugar la modalidad de pelota encendida, que utiliza fuego. “Pude jugar con pelota encendida hasta los tres años de práctica, si te dejan jugarla significa que ya tienes las habilidades suficientes y que eres comprometido. A veces si es peligroso porque la pelota te puede caer en el cabello, o te pega, pero uno que ya está acostumbrado, no siente”.
La pelota purépecha es el único deporte autóctono que se ha incluido en el programa de Olimpiada Nacional en 2004 y 2005.
Sobre la vestimenta, Jorge detalló que hay dos tipos de traje, el tradicional que es de manta y el atuendo prehispánico que se está retomando en las comunidades.
“Son muchas las satisfacciones que nos da la pelota, cuando vamos a campeonatos nacionales son experiencias muy intensas, porque a veces cuando se pierde una final es muy triste, pero si ganamos el campeonato es muy bonito”.
Destacó la realización de los campeonatos nacionales de esta especialidad, que en 2012 llegaron a su edición número 15. “Es la muestra de que se está rescatando este juego, a través de su práctica en otros estados, así uno lleva exhibiciones a otros municipios o estados y ellos retoman el juego”.
Por último recomendó a los jóvenes practicar el juego. “Uno aprende en éste muchos valores, como el respeto, el trabajo en equipo y el compromiso con la familia y el equipo”.
Al Encuentro Nacional se dieron cita 16 jugadores michoacanos de las comunidades de Uruapan, Zacán, Morelia, Caltzontzin, Tiríndaro, Comanjá, Zacapu y Angahuan