No me apena mi historia: Antonio Olvera

MORELIA, Mich., 9 de noviembre del 2015.- El futbol muchas veces nos regala historias de entrega, pasión, sacrificio, lucha, humildad y sobre todo de mucho corazón; la historia de José Antonio Olvera, jugador de Monarcas Morelia, no está nada alejada de eso.

De acuerdo a un comunicado de prensa, la Mona Olvera, como todo mundo lo conoce, proviene de una familia de jardineros y gracias a ellos tuvo la fortuna de haber vivido toda su infancia dentro del antiguo Estadio Corona, específicamente debajo de las gradas, en donde ayudaba a su papá, tíos y abuelo al mantenimiento del inmueble.

“Toda mi familia estuvo viviendo en lo que era el Estadio Corona, ahí pasé mi infancia. Mi abuelo, mis tíos y mi papá trabajaban ahí y yo les ayudaba a cortar el pasto, poner las tuberías para el riego, limpiar las butacas y todo el mantenimiento en general”.

José Antonio tuvo, desde niño, el sueño de convertirse en jugador profesional y poder dedicarse a lo que más le gustaba en la vida, así que gracias al esfuerzo y dedicación, hoy a sus 29 años de edad, se siente muy orgulloso de haber conseguido una de sus metas.

“Uno desde niño tiene el sueño de llegar a Primera División y tengo la fortuna de que mi sueño se hizo realidad con base en el trabajo, el sacrificio y dedicación, así como la suerte, porque esto del futbol muchas veces pasa por ello”.

“Estoy muy contento y agradecido por el apoyo que me han dado cada una de las instituciones en donde he trabajado, el apoyo de mi familia, y sigo disfrutando de esta hermosa carrera, que ojalá dure mucho más”.

Por último, Olvera platicó una de las anécdotas que le quedaron muy marcadas de su infancia y que seguramente contará a las futuras generaciones.

“Con mis primos y mis hermanos nos dedicábamos a cuidarles los coches a los jugadores cuando estaba el entrenamiento, porque entrenaban en el estadio y ellos los dejaban afuera, entonces como había mucha delincuencia tratábamos de cuidárselos, ya después salían los jugadores y nos daban una moneda. Son anécdotas que uno recuerda con mucho cariño y con mucho orgullo porque no me apena mi historia de vida”.