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MORELIA, Mich., 3 de febrero de 2014.- Originario del pequeño municipio de Acuitzío del Canje Michoacán, Álvaro Romero Mascot, mejor conocido como “El Mago”, llego a este mundo en el más humilde de los orígenes, prácticamente huérfano forjó su destino solo, para pasar de ser un aficionado más al fútbol, a ser “Él aficionado”, icono representativo del deporte rey del mundo, el futbol.
Fue en 1946 cuando las tierras michoacanas vieron nacer a quien se convertiría en el Guerrero 12, mismo que dejaría este mundo con una gran huella marcada en los corazones de millones de aficionados, a sus 65 años el 2 de febrero de 2011.
Álvaro Romero “El Mago”, es aquel que le dio la vuelta al mundo con sus grandes sombreros alegóricos, con los que por años resalto giro los ojos de naciones enteras a su personaya que siguió al Morelia a todas partes, en Segunda y en Primera División; en las buenas y en las malas
Anecdóticamente, cuando el atlético Morelia recibía en el Estadio Venustiano Carranza en calidad de local, El Mago salía a dar la vuelta olímpica con su gran sombrero y a representar un sketch a través del que ridiculizaba al rival de su equipo y del mismo modo lo hizo cuando la sede fue cambiada al estadio Morelos.
Desde 1986 asistió a todas las copas mundiales de futbol: México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Y alternó en la cima de la popularidad con Manolo, el porrista de la gran tambora española.
“El mago”, Todo lo que quiso lo alcanzó, porque hizo del trabajo su afición y del Morelia su religión. No daba minuto por descontado y cualquier instante lo hacía ocasión para hacer el bien, exactamente como dice la conseja popular, sin mirar a quien.
Como empresario su vida fue difícil, pues ya casado y con una creciente familia sus orígenes lo vio como bolero en el centro de la ciudad de Morelia, posteriormente se dedicó a la venta de tortas que distribuía en una humilde canasta, pero fue su perseverancia y estilo único de mesclar su trabajo con su pasión por el deporte lo que lo llevo a la cima empresarialmente, sin que esto lo hiciera olvidarse de sus orígenes, por lo que siempre busco ayudar a su semejante.
Ejemplo de trabajo, esfuerzo y pasión por el deporte, hoy su familia rinde un homenaje al que fue el pilar más fuerte de la familia Romero Núñez, y con mucho amor y con la firme idea de inmortalizar los valores y la solidaridad que el dejo. Marbella, Susana, Álvaro y Alfonso, hoy acompañan a su madre, la señora Silvia Núñez de Romero en un tercer aniversario más de la partida de un gran ser humano.
“No es un adiós… es hasta siempre”.
“Mientras exista el recuerdo el alma nunca muere”.