MORELIA, Mich., 24 de enero del 2015.- Corría la fecha 12 del Clausura 2006, Miguel España era el encargado de la dirección técnica en Pumas, que atravesaba por una resaca futbolística, de resultados positivos, luego de conseguir el bicampeonato de la mano de Hugo de Sánchez durante 2004.
En aquella jornada, disputada en el Nemesio Diez, los universitarios sucumbieron ante la localía escarlata por marcador de 2-1 y el resultado le costó el puesto al antiguo mediocampista, pese a ser un emblema para la institución.
Los del Pedregal agudizaban su crisis, sin posibilidades de entrar a la Liguilla de ese semestre.
Entonces apareció Guillermo Vázquez como la opción más viable para tomar las riendas del club de manera interina, y terminar así de modo decoroso un certamen catastrófico para la institución. El perfil bajo y la forma de ser del alguna vez contención era lo que Pumas requería en ese momento. Memo surgió de La Cantera, debutó en el primer equipo auriazul en 1984 y jugó para Universidad por seis años. El inicio de su travesía en el banquillo significó el comienzo de un romance que hasta la fecha perdura.