Se nos olvida a los músicos que el arte es comunitario
18 de agosto de 2017
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10:44
Luis Felipe Reynoso/Quadratín
MORELIA, Mich., 18 de agosto de 2017.- El músico Eros Lobo presentó su show Sueños Apócrifos, desde la proa de un escenario en Tata Mezcalería, y en poco menos de una hora y media se despachó con seis temas basados en una lista que contenía las memorias del capitán, uno un poco gitano, y un tanto loco.
En la parte de atrás del Tata Mezcalería, un patio con hileras de luces tenues, y un escenario pequeño, pero a modo, con el espacio suficiente para sus ‘tiliches’, esos que le acompañarán por sus Sueños Apócrifos.
A través de ritmos latinos, negros, y de distintas raíces, el pirata invitó a un viaje apoyado por instrumentos de muy lejos, o cercanos en los lugares, pero distantes en el tiempo.
Entre navíos, pájaros negros, amores perdidos y hallados, vuelos de madrugada, despedidas, y una ristra de ritmos y sonidos, todo lo que quepa en una noche, discurrió el rato, con letras que se hacían a la mar y regresaban con poesía.
En algún momento del show, el músico pidió intimidad: “háganse un poquito más para acá, no sean así, acuérdense que esto es íntimo”, les dijo a los presentes entre los versos y ritmos de una canción, no sin advertirles que el escenario no mordía, “pero chance yo sí”.
“Tú me dejaste chiflando allá en la loma y de remate me engañaste”, cruzaba el patio la letra de una canción.
El músico dejó un poco de artificio sobre el escenario, magia creada a través de la atmósfera del sonido, lo repetitivo del loop, lo antiguo.
Dejó caer sobre el escenario un cadáver exquisito hecho por los invitados, ya casi para terminar el viaje. La cadencia y una trompeta en la imaginaria vinieron justo antes del final. Después vino una invitación al naufragio.
Tras bajarse de la nave-escenario, se paró frente a los invitados. Ahí, Martín Cruz, responsable de la producción visual y la estética del evento, presentó al músico y a Angélica Arras, la mánager de Eros y el grupo de rock La Navaja. Dijo que esta presentación es previa a la que realizará del Café del Olmo, el próximo 14 de septiembre.
Por su parte, Eros Lobo agradeció la presencia de los invitados, y dijo que quería romper con esa imagen desgastada del cantautor sentado con una bebida de lado, y “más que hacerlo bien, mal o mejor, es experimentar”, aclaró.
“Se nos está olvidando a los músicos que el arte era un asunto comunitario. Expuso, y recalcó que lo visto esa noche en el escenario es un experimento sobre una gira que realizarán durante 2018.
Pidió defender la independencia, la libertad del músico y vencer lo que pone el mercado para que no salga determinada música. Expuso que no hay una plataforma para música independiente, algo que ya debería considerarse. De algunos cantantes, dijo que ya están tocando a Sabina como a Camila.
Cierto, ha dejado el cliché del cantautor, sentado en un banco con la pierna cruzada y el trago de ron a la mano, pero es un cantautor aún así, sin la pierna cruzada. En su lugar, le cruza una guitarra y mucha canción. Es pues, un cantautor, uno muy gitano, uno muy pirata.