Libre Expresión/Carlos Alberto Monge Montaño

Estado corrupto e inepto…

“Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos”. Gustavo Le Bon. (1841 – 1931). Psicólogo francés.

Silvano Aureoles Conejo al rendir protesta como Gobernador Constitucional de Michoacán, se puso a sí mismo, la vara muy alta.

Fiel a las recomendaciones de la propaganda política, el originario de Carácuaro presentó un discurso con frases contundentes, enormes retos, más promesas, críticas a la clase política, que incluye a ex gobernadores, a quienes por cierto, antes de arremeter en su contra, los saludó y presentó efusivamente.

Aunque la atención de los escuchas se fue perdiendo al final de un largo discurso, Aureoles Conejo insistió en procurar certeza y esperanza a los escuchas, quienes le celebraron frases como:

• El nuevo comienzo no es “un borrón y cuenta nueva”.
• “Mi gobierno no será un gobierno de quejas y lamentos”.
• “Elaboraremos un Plan de Desarrollo Estatal 2015-2021, que tendrá objetivos medibles y concretos”.
• “En Michoacán ¡la Reforma Educativa va!
• “Nada está por encima del derecho de las niñas, niños y jóvenes a recibir educación de calidad”.
• “300 mil becas anuales para los jóvenes”.
• “Sólo una policía estatal en Michoacán”.
• “Todos los mandos y policías a exámenes de control, sino, presentaré la denuncia correspondiente”.
• “Morelia, Uruapan y Lázaro Cárdenas, serán ciudades seguras en un año”.
• “En mi administración, por encima de cualquier interés personal o de grupo, vamos a sumar esfuerzos y recursos con el Gobierno Federal”.
• Cada integrante del gabinete serán “permanentemente evaluados”.
• “Cero tolerancia a la corrupción”.
• “La base del actuar de mi gobierno será la transparencia”.

Y la frase que seguramente provocó algún calambre entre los asistentes fue la autocrítica a la clase política que le ha quedado a deber a un Michoacán estigmatizado como un “estado corrupto e inepto”.

Semejantes enunciados arrancaron aplausos y no descarto que hayan fortalecido la esperanza de una buena parte de michoacanos. El problema es que discursos similares se han escuchado en el pasado reciente con ex gobernadores y ex enviados de la federación, y la mayor parte de esos contenidos quedaron sólo en eso, un buen discurso y hasta en advertencias… Y nada más.

Silvano Aureoles tiene en sus manos la posibilidad de cambiarle el rostro a esta vapuleada entidad y ojalá lo logre. Lamentablemente a la par de su bien recibido discurso, se fueron socializando los personajes que integrarán el gabinete, al que lamentablemente regresan algunos de los integrantes de gobiernos a los que el propio Ejecutivo estatal, fustigó con acierto el día que rindió protesta, porque pesa en ellos la sospecha de corrupción, ineptitud y ausencia de rendición de cuentas.

Claro es que en cada administración hay toda una escala de grises respecto al desempeño de los funcionarios, pero también lo es, que hay varios que están de regreso sobre los cuales pesan severas críticas y lo ha revivido.

Lamentablemente la pragmática política obliga a dar cabida a los recomendados de los grupos que apoyan las campañas, pero, si realmente quiere trascender, Silvano Aureoles deberá poner en práctica cada palabra del discurso que pronunció el pasado primero de octubre y sacudirse a los malos elementos cuanto antes.

De no hacerlo, Michoacán seguirá postrado otros 6 años, continuarán los funcionarios abusivos que cobrarán el diezmo para enriquecerse, otros que conseguirán empleos y plazas para sus familiares y cuates, algunos más que se olvidarán de prestar un servicio eficiente por estar en la búsqueda de la futura candidatura.

De no poner en práctica su palabra, continuarán las negociaciones en lo oscurito con los legisladores locales donde ganen ellos, aunque pierda Michoacán entero.

En fin, ya veremos si Aureoles Conejo realmente quiere trascender, o pasará a la historia como uno más, al que en 6 años, en otro discurso, le recuerden que también abonó a que Michoacán continuara postrado como un estado corrupto e inepto.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.

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