Reflexión dominical
S- Mi Rufo. O entendemos o nos autodestruimos, el Ser humano, para vivir, además de aire puro y alimentos sanos necesita del agua.
R- Grrr, así es mi Santias, pero tengo la impresión de que predicas en el desierto, Uds. los humanos además de suicidas son pendejos.
S- Nada que alegar, perro. Durante siglos, la humanidad ha sido sostenida por la madre naturaleza; así los ciclos naturales se han encargado de regenerar el agua y el aire de manera natural. En tanto humanos y animales, en función de nuestra propia biología, aportábamos nuestros desechos para ese ciclo de regeneración.
Hoy el ciclo está roto, nuestra modernidad y estupidez han sobrepasado la capacidad regenerativa de la madre naturaleza por lo que día con día, minuto a minuto, los seres humanos con nuestras emisiones y desechos contaminamos a un grado tal que el sistema natural no puede procesar.
Varias son las causas del deterioro de recursos naturales, entre otras: 1.- Un crecimiento poblacional desenfrenado que nos conduce a ser ocho mil millones de seres humanos en breve. 2.- Un modelo socioeconómico orientado al consumo, privilegiando las ganancias sobre los seres humanos con el consiguiente deterioro de todo el planeta. 3.- Un manejo irracional de los desechos, posponiendo la solución y dejando a generaciones futuras el problema, y 4.- Un desperdicio y mal manejo de los recursos naturales alterando todo para privilegiar la economía sobre la vida misma… No se necesita ser un genio para deducir que esto es insostenible en un mundo redondo, es decir, no debemos olvidar que nuestro planeta tiene límites so riesgo de perecer; de ahí la necesidad de reconsiderar nuestras formas de vivir y actuar ¡Ya! ¡De forma urgente!, iniciando nuevas formas responsables de vivir.
Históricamente los seres humanos en nuestra limitaciones y egoísmos, hemos usado el agua como drenaje; así los ríos, lagos y mares se han vuelto canales de desecho; hemos convertido el sistema hídrico en basurero contaminando todo y convirtiendo nuestros humedales en cloacas ¡Esto es insostenible!, por ello, si realmente la humanidad despierta, no solo a la responsabilidad con futuras generaciones, sino a nuestra necesaria conveniencia para sobrevivir, es necesario cambiar la forma irresponsable y muchas veces inmoral y delictiva con que tratamos el agua: El primer camino es verificar, mediante análisis profesionales, la calidad de nuestras descargas de agua… En otras palabras, si no sabemos qué tipo de aguas residuales desechamos, estamos actuando irresponsablemente ¡Aguas! ¡La ignorancia no es excusa!
La ley es clara, hoteles, industrias, hospitales, gasolineras, etc., es decir, cada tipo de negocio está tipificado y tiene que cumplir con una norma, que con solo ver presas, ríos, lagos y lagunas aseguro no se cumple en México. Tres reflexiones sobre esta afirmación: 1.- La autoridad tiene que asumir responsablemente su obligación de cumplir y hacer cumplir la ley; 2.- Cada uno de nosotros tiene que hacerse responsable y debe conocer y actuar al respecto en sus descargas de agua, evitando incumplimiento de la normatividad, y 3.- Como sociedad debemos ser vigilantes y denunciar lo que está mal; lo que naturalmente es visible en donde haya agua.
Hoy el agua nos necesita; se que suena trillado, pero, la solución somos todos: 1.- Una autoridad responsable y eficaz, que trabajando de la mano con el pueblo, garantice que nuestros recursos hídricos estén sanos y se manejen de forma responsable y renovable. 2.- Una ciudadanía (y empresariado) que de forma solidaria y subsidiaria, asuma su responsabilidad en el manejo y cuidado del agua de México, y 3.- Una sociedad responsable y vigilante…
R- Guauuu, ese es el camino, mi Santias. Para hacer tu tarea estimado lector: A.- ¡Checa y verifica que agua desechas!, B.- Garantiza que tus descargas cumplan la norma, y C.- Denuncia contaminación… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.