Política gourmet
Sólo los panistas saben los niveles de su corrupción desde el poder.
Sobre todo en Petróleos Mexicanos (Pemex), donde todo ha entrado a revisión y pronto podríamos saber de más escándalos.
Si la Secretaría de la Función Pública (SFP) no ha encontrado o no ha querido encontrar la hidra de los desvíos, tal vez sea necesario esperar los resultados del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Porque el organismo de Aristóteles Núñez anda muy activo y no precisamente por consigna, sino porque de origen se encontró con muchas anomalías en los prestadores de servicios de la entonces paraestatal.
Aquí van los avances:
A partir de los mil y un contratos sin ton ni son otorgados sin concurso ni regulación alguna a Oceanografía, el SAT descubrió la discrecionalidad con la cual se manejó Pemex en el pasado reciente.
Por ello ha decidido extender su lupa hacia gran parte de los prestadores de servicios, grandes y pequeños, famosos y desconocidos, importantes o modestos.
No se trata de perseguir a quienes manejaron ese organismo durante los 12 años panistas –Raúl Muñoz Leos,Luis Ramírez Corzo, Jesús Reyes-Heroles, Juan José Suárez Coppel y Emmanuel Mercado-, sino de saber cómo se actuó en Pemex y sus filiales.
NUEVO EMPADRONAMIENTO DE EMPRESAS
Es de antología lo encontrado hasta ahora.
Los auditores andan como sabuesos con quienes en tiempos mediatos e inmediatos firmaron contratos por cientos de millones de pesos o solamente por unos cuantos millones o menos.
Lo encontrado por los subordinados de Aristóteles Nuñez tiene muchas ramas: empresas surgidas al vapor y de inmediato incorporados como contratistas, precios inflados, reporte de obras o de suministros no realizados.
Usted se sorprenderá, pero los auditores piden comprobantes casi insignificantes para quien maneja muchos millones: la justificación de facturas hasta por 50 pesos, originales y debidamente certificadas.
Se cotejan hasta las condiciones de los domicilios fiscales.
Esto es importante: si son empresas fantasmas, no tienen ubicaciones precisas y muchas veces no pueden justificar cómo reportaron tal o cual lugar y, ¡oh sorpresa!, el propio SAT les extendió su aval.
Tal vez no todas, pero son miles y miles de empresas las sujetas a investigación.
Cuando se detectan fraudes, se procede a presentar la denuncia correspondiente ante la Función Pública y la justicia decidirá la suerte no sólo de las compañías, sino de los accionistas.
Pero quienes demuestran la legalidad de sus contratos tienen otro camino: se les dan nuevas claves y se les pide realizar trámites de nuevo registro a fin de continuar su relación con Pemex.
Y en todo esto, lógico porque la supervisión tiene origen absolutamente fiscal, ninguna participación tiene la dirección de la flamante productiva de Estado y su director Emilio Lozoya.
Corresponderá a él establecer nuevas relaciones con un padrón de contratistas renovado o por lo menos reformado.
AJUSTE EN MUCHAS OFICINAS DE PRENSA
1.- Viene un gran ajuste en las áreas de comunicación del gobierno de Enrique Peña.
Obvio, Eduardo Sánchez es mano, pero tiene muchos lugares para intervenir.
De entrada, las áreas acéfalas.
Arnulfo Domínguez dejó Medios Impresos de Gobernación para manejar medios de los estados en la Presidencia de la República.
Dejó acéfala la Dirección de Medios Impresos, no hay titulares en Sedesol, PGR (Roberto Calleja agradeció gentilmente la invitación de Arely Gómez), Conagua y CFE, de donde salió Miguel Angel Carrera.
Pero no será todo.
Y 2.- Grupo Salinas salió a dar la cara por el acicdente ocurrido en la plataforma Troll Solution, propiedad suya en sociedad con Harren &Partner.
Lamentó los diez trabajadores heridos e detalló cómo se atiende no nada más a esos operarios, sino a sus familiares.
El anuncio se dio mientras las Orquestas juveniles Esperanza Azteca de Los Angeles y Puebla ofrecían un concierto en la Casa Blanca, mérito de Ricardo Salinas Pliego.