Amnistía directa: patente de corso
Desde el Movimiento por la Paz y Justicia con Dignidad, pasando por el #YoSoy132 hasta el movimiento actual, por mencionar algunos, se ha podido constatar que simplemente en México no se están consiguiendo los cambios que la sociedad demanda. El crimen no sólo no baja, repunta. Así como la indignación y la frustación de muchos.
La clase política de este país, y particularmente Enrique Peña Nieto, parecen vivir en el país de nunca jamás, desconectados totalmente de una realidad que agrede y transgrede a diario a nuestra sociedad. El presidente parece haber tomado el poder en el entendido de que de cambiar la estrategia de comunicación en temas de seguridad pública y lograr los cambios necesarios para “mover a México” no tendría más que sentarse a recibir aves de propios y extraños. Como ciertamente fue hasta hace un par de meses.
La desaparación de los 43 es prueba de que la cosas aun están lejos de estar mejor. México tiene cáncer, y el doctor está tomando medidas que ni siquiera logran ser paliativas.
El movimiento original tiene una premisa clara y esa es la aparición los 43 en cuestión. Premisa a la que se han ido añadiendo otras más. Entre ellas la renuncia de Peña Nieto. Ayotzinapa volvió a unir los reclamos del país. Hasta Peña Nieto admitió desear que exista justicia en esta patria olvidada de Dios.
La respuesta por parte del presidente fue propia de un reformador de su estatura: una reforma en justicia. Cómo es costumbre, la solución, se dice, está en reformar la constitución. En congruencia con su discurso auto-deslindante el presidente propone la desaparición de las policias municipales. Es el eslabón más débil, hay que atacar por ahí. Cómo si el asunto fuera tan facilmente reductible.
Ayotzinapa tomó por sorpresa a la presidencia. Al menos en ese frente se encuentra acorralado. En un relato de cuento de hadas donde ellos estaban moviendo a México no había cabida para evento de tal naturaleza.
A modo de inconclusión
Las reformas ya se están materializando. Esta semana se inauguró, mire usted, lo que viene siendo la primer etapa del gasoducto de Los Ramones. Será operado por 25 por un consorcio conformado por Pemex e IEnova. Con esto se aumentará la oferta de gas natural en un 20% y se detonará la inversión privada.
Al parecer México crecerá por ahí del 2.1% según dice la CEPAL, cerquita del 1.9% que le comentaba hace un par de semanas. Lejos quedó el 3.7% de Videgaray.