Potenciará Alfonso Martínez en talento de las juventudes morelianas
Guardián amoroso de Morelia.
En un modesto pero bien distribuido y equipado despacho, el ingeniero Manuel Rodríguez Morales concedió una entrevista a Quadratín que devino en varias charlas reveladoras del quehacer de su fructífera carrera profesional, siempre al servicio de su amada Morelia.
El hombre de 83 años, nació el 20 de octubre de 1931 en Moroleón, Guanajuato. Hijo de José Guadalupe Rodríguez Guzmán y María Guadalupe Morales Sánchez fue el menor de nueve hermanos. Su infancia la vivió en su ciudad natal y fue en la adolescencia cuando se mudó a Morelia en donde culminaron sus estudios en 1956, como Ingeniero Civil en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Relata que con motivo de la graduación de la 50 generación de la Facultad de Ingeniería Civil, el ingeniero Alfonso Mier, discípulo suyo, comentó que la participación de Manuel Rodríguez Morales en la Oficina de Urbanística Municipal y en la Junta de Conservación de Monumentos Típicos fue decisiva para que Morelia pudiera entrar en el catálogo de Ciudades Patrimonio.
En el marco de la celebración del 468 aniversario de Morelia, el 18 de mayo del 2009, Manuel Rodríguez recibió el más alto honor que un ciudadano de Morelia, por nacimiento o adopción puede recibir: la Presea Generalísimo Morelos, coronando así una vida de esfuerzo, pasión y entrega profesional a su querida ciudad.
“Me interesa mucho destacar lo que no se hizo, sí es probable que en algunos aspectos el rostro de Morelia pudo haber sido otro si no la hubiésemos defendido con la ética y el sentido arquitectónico e histórico que nuestros monumentos merecen”, manifestó.
En ese sentido recordó una anécdota de 1962 en la que se reunió con el entonces gobernador Agustín Arriaga Rivera y el presidente municipal, Alfonso Martínez Serrano para mostrar un proyecto que sería financiado por un empresario particular. De acuerdo a su relato, la idea era demoler algunas construcciones para construir un hotel de catorce pisos en la calle Virrey de Mendoza esquina con Madero.
“Alfonso me miró y me dijo, ¿cómo ves?, le contesté que eso no era para Morelia, no iba con la traza de la ciudad; el presidente estuvo de acuerdo conmigo, el gobernador se puso furioso y el empresario, ¡peor! Me miraba con gran enojo, que si yo no sabía lo que el proyecto representaba, los empleos que se generarían, que él tenía para pagarle a mas de cuatro, cuatro veces mas de lo que yo ganaba. En fin, que se acabó la reunión y nos despedimos, no sin antes oír al gobernador que le decía al presidente municipal “pero no habrá más apoyos para obras”.
Más adelante, aseguró le solicitaron su opinión para la colocación de una pirámide con estatuas y monolitos de estilo náhuatl en la explanada frente al templo de San Francisco ante lo cual volvió a mostrar su descontento, lo que a su decir, irritó a Arriaga Rivera, “compadre, nada de lo que propongo les gusta”, recordó.
Manuel Rodríguez habló sin tapujos de la importancia que ha adquirido para él convertirse en defensor de la preservación de la arquitectura original del Centro Histórico de Morelia, por lo que jugó un papel muy importante en que se conservara el portal y la fachada del edificio que hoy alberga el café Sanborn’s, frente a la Catedral.
En su legado, también se considera su intervención para la recabación de información en el Archivo Municipal y el Registro Público de la Propiedad de para la liberación del Bosque Cuauhtémoc.
Se recabó la información en el Archivo Municipal y en el Registro Público de la Propiedad, de manera que en mayo de 1961, ya se tenían dos gruesos legajos de documentación, que indicaban que a partir de 1857, y con motivo de la llamada Ley Lerdo, los ayuntamientos del país no podían bienes inmuebles que no fueran de uso público u ocupados por oficinas del mismo, y puesto que el Bosque era de propiedad municipal por permuta que hizo la Comunidad Indígena de San Pedro, la administración municipal se vio obligada legalmente a enajenar dicho bien y elaboró un proyecto de lotificación para su venta.
“Encontramos que en los títulos de propiedad que amparaban la posesión de los diferentes lotes, unos pocos habían sido vendidos, real y legalmente por el Ayuntamiento de Morelia. Algunos de estos, eran: el lote en posesión de la familia Brench Simons, actualmente oficinas de la Secretaría de Gobierno y Comisión Forestal; el lote de la familia Videgaray Macouzet, hoy ocupado por el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce; y el lote de la señora Gómez de Black, que actualmente aloja al Museo de Historia Natural de la Universidad Michoacana. El resto, que formaban la mayoría, eran concesiones condicionadas”.
Recordó que el primer lote en ser demolido fue el número cinco y el entonces alcalde, Alfonso Martínez Serrano le solicitó que se realizara una fuente acorde con el Bosque y fue así como surgió la emblemática Pila de los Patos, para que fuera un paseo atractivo para las familias morelianas.
El ingeniero manifestó que su amor por Morelia “surgió por contagio” por su amistad con el arquitecto Manuel González Galván a quien conoció cuando vivían en el barrio de Capuchinas, “él siempre estaba haciendo dibujos de los edificios de la ciudad, siempre mirándola y admirándola. Creo que no he conocido a alguien más, que como él, conociera tanto y tan profundamente a Morelia”.
En sus memorias, refiere que juntos reactivaron la Junta de Conservación de Monumentos, formada en la década de los treinta por orden de Lázaro Cárdenas del Río en su calidad como gobernador, lanzó una ley para proteger los sitios históricos en Morelia pero nadie se encargó de vigilar que se cumpliera, y de esta forma nació la Junta.
“Manuel González encabezó el inicio de la Junta, en la ciudad se rumoraba que nos apodaban La Cofradía, y bueno, sí, ya que pertenecer de manara honoraria a los defensores de Morelia implicaba ser incorruptible, no se iba a arriesgar el prestigio y sobre todo la honorabilidad de todos sus integrantes, tan solo porque uno de ellos vendiera por tres mil pesos una firma que pusiera en riesgo la conservación de nuestros monumentos”, reflexionó.
Este hecho, explica, fue el antecedente de la promulgación de la Ley Estatal para la Protección de la capital michoacana, llamada Reglamento para la Conservación del Aspecto Típico y Colonial de la Ciudad de Morelia, que entró en vigor el 18 de agosto de 1956.
Recordó con humor que en una ocasión, paseando en el primer cuadro de la ciudad acompañado por su hijo de siete años, éste le inquirió “oye papá, a lo mero macho, a quien quieres más ¿a mi mamá o a Morelia?”.
Con dolor y frustración, delibera que en años recientes, el deterioro que han sufrido múltiples construcciones en el Centro Histórico, podrían poner en riesgo la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad; denunció que los integrantes del INAH no tienen arraigo y por ello no les interesa su preservación “en los primeros seis años de actividad del INAH, se han perdido mas monumentos que en los 30 años que Morelia estuvo vigilada por la Junta”.
Subrayó que la importancia de la conservación de cada detalle arquitectónico es porque tiene una dimensión de arte cultural, “el trazo de Morelia fue para el disfrute del Hombre, la majestuosa Catedral y sus plazas rodeadas de portales fueron pensadas con gran inteligencia. Hoy, las nuevas generaciones hemos redescubierto con gran emoción las medidas exactas que se corresponden entre sí los cinco portales del Centro, una maravilla de la geometría arquitectónica que inevitablemente inspira monumentalidad, belleza y armonía”, puntualizó.
Legado de Manuel Rodríguez Morales
1959-2006 Director de Obras Públicas Municipales del Ayuntamiento de Morelia
Restauración del Antiguo Obispado de Michoacán, hoy oficinas de la Secretaría de Salud.
Restauración del Edificio La Casona, esquina de Madero y Belisario Domínguez.
Proyecto y construcción del Callejón del Romance.
Proyecto y construcción 1a.Etapa Restauración Ex Convento de San Francisco (Estacionamiento del DIF) y liberación Portal de Peregrinos. Construcción general de Plaza Valladolid.
Construcción general Plaza Carrillo.
Proyecto y construcción de Plaza Santuario de Guadalupe y liberación norte de iglesia.
Fachada principal y norte de La Merced. Fachada Biblioteca Pública y Jardín. Fachada poniente
Capuchinas y Plazoleta.
Abrevadero y pileta Santo Niño (Centro). Abrevadero Acueducto, Oteo Del Jardín de Villalongín.
Asesor de los arquitectos Ramírez Bernal en el proyecto de la antigua Rectoría de la UMSNH y del Teatro Rubén Romero (1960).
Asesor del Arq. Mariano López Orozco en la construcción del Hotel Morelos y proyecto de las fachadas.
Primera Etapa Restauración del Palacio Clavijero (1970).
Asesor del Arq. Salvador Treviño Castañeda en la remodelación de la Plaza Juárez (1972).
1960-87 Miembro de la Junta de Vigilancia para la Conservación de la Ciudad de Morelia, (varias veces Presidente de la misma).
1982-84 Primer Presidente de la Junta Estatal para la Catalogación y Conservación del Patrimonio Cultural del Estado de Michoacán.
1968 Coautor (con el Arq. González Galván) del libro “Instructivo para Ingenieros, Arquitectos y Constructores del Centro Histórico de Morelia”.