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MORELIA, Mich., 7 de mayo del 2014.- Michoacán se encuentra ubicado en “una fiesta de 14 años” de dispendio de recursos económicos, lo que ha provocado una situación financiera insostenible, dado que el gobierno del estado, sigue gastando más de lo que tiene presupuestado.
Este es el análisis presentado por Jesús Alba Aguilar, miembro del Centro Michoacano de Evaluación (CEMIDE), asociación civil que busca mejorar el adecuado uso del presupuesto estatal para evitar una crisis como la que enfrenta las autoridades.
Acompañado por miembros de diversas cámaras empresariales, economistas y académicos, Alba Aguilar reiteró esta tendencia de gastar más de lo que se tiene lleva 14 años, sin que hasta el momento se pueda mejorar el sistema financiero de Michoacán.
Y fue más allá al advertir: “Sino arreglamos el sistema financiero de la entidad, los esfuerzos que se hacen en materia de seguridad, serán nulos, serán aniquilados”.
Esta observancia del manejo de las finanzas, va desde los gobiernos de Víctor Manuel Tinoco Rubí, Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy Rangel, hasta el de Fausto Vallejo Figueroa.
Más adelante dijo que CEMIDE tiene como objetivo central buscar mecanismos que mejoren la transparencia, la rendición de cuentas y fundamentalmente en coadyuvar a diseñar mejores políticas públicas y con ello lograr un mejor futuro para los habitantes de Michoacán.
Ante los representantes de Comunicación, Alba Aguilar dijo que como ya se ha expuesto en los análisis presentados; a partir del año 2006 se tuvo una práctica sistemática para sobreestimar los ingresos estatales esperados por concepto de Impuestos. Esta práctica introduce una distorsión directa al presupuesto de egresos del estado ya que permite autorizar, programar y ejercer el gasto con fundamento en un ingreso estatal que al final de año, no se recauda. Lo anterior, provoca un déficit anual y al acumularse durante varios ejercicios fiscales, presiona a las finanzas estatales.
Finalmente el ponente reiteró que los anuncios espectaculares de los programas de austeridad se escuchan “muy bonito, pero en la práctica, no se trata de reducir el gasto del gobierno, sino más bien de aplicar una disciplina en el gasto e ingreso de las finanzas”.