La opción
Quizás soy ingenuo al pensar que un mexicano no debe tranzar a otro mexicano, quizás, como dice mi cuate Ramiro Guzmán, soy un soñador irredento que va contracorriente, de manera tal, ejemplifica, que si muero ahogado en un río, él será el único que me encuentre, pues buscará corriente arriba y no abajo.
El caso es que hace tres semanas fui a Coppel a ver precios de sillones reclinables, el que me gustó lo cotizaron en $3,200 pesos; esperé al Buen Fin para comprar el sillón ofertado y ¡Oh sorpresa!, el precio es de $3,299; hablé con la vendedora de piso, me dijo habían re etiquetado la mercancía y que el descuento solo era del 6%, por lo que salía un poco más caro que antes. Le dije: tus patrones son ojais, se rió y contestó, tiene razón.
El tema de hoy, no es que un empresario o una empresa pretenda engañar, en el fondo de eso trata la mayoría de la publicidad, tampoco que haya gente tranza, de eso estamos llenos; el tema es la forma inmoral en como el gobierno promueve una campaña de consumo que jode al pueblo y lo lleva a endeudarse para aprovechar supuestas ofertas, al grado que no es raro que políticos, como Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, aparezcan en tuiter haciendo sus compras de Buen Fin. ¿Qué hay atrás de toda esta parafernalia?, en mi opinión, una estrategia del gobierno diseñada para distraer al pueblo de las cosas verdaderamente trascendentes, como la intención de ofertar al capital extranjero el sector energético nacional ¡Al pueblo pan y circo!
¿Qué hacer con Coppel?, pues nada, finalmente es el consumidor, un sujeto enajenado, quién da vida al modelo que sostiene a empresas como la citada. ¿Qué hacer con los consumidores? ¡Despertarlos!, les recomiendo ver esta caricatura de @Patriciomonero: http://mx.noticias.yahoo.com//fotos/ofertas-por-todos-lados-en-el-buen-fin-slideshow/ …, en mi opinión, consciente de que el modelo neoliberal de consumo está caduco, lo que debemos hacer es despertar a las personas, a los ciudadanos para que razonen ¡Sí!, así como lo leen, necesitamos recuperar nuestra capacidad de raciocinio, hoy los mexicanos somos masa programada para tener miedo y aceptar todo de políticos y gobernantes y programada para consumir a lo pendejo. ¡Urge que despertemos!, por nosotros, por nuestro hijos y por México.
¡Pero cuidado!, no todos estamos dormidos, nuestra clase política y gobernante está despierta para sacar ventaja de ese comportamiento masivo de enajenación y ahí perdemos, es por eso que no hay marchas ni reclamos cuando a los partidos políticos, corruptos todos, se les asigna desde el Congreso un presupuesto superior a los cuatro mil millones de pesos; de los que no rinden cuentas porque los señoritos diputados y senadores protegen a quienes les dan chamba mediante candidaturas.
¡No!, no esperemos que la clase política se autocorrija, eso es ser más ingenuo y soñador que su servidor; el cambio debe surgir de quienes perdemos con el sistemita, ¡Los ciudadanos!… El drama del abuso y la auto justificación de la clase política es de tal magnitud, que mejor me río, como me reí de un tuit que cínicamente, cual diputado o congresista del montón, porque hay excepciones, decía: “Gran lección de humildad me dejó un invidente hoy, al extender su brazo con una bandeja para que yo tomara su dinero y comprara una cerveza” ¡Sí!, con el seudónimo de LocoTwitero, este cuate me hizo reír, ya que refleja de manera cómica pero real y cruda a la vez, el cinismo de quienes toman lo ajeno para sacar ventaja y luego se justifican diciendo, ahí estaba, el me lo dio, los otros también lo recibieron o: ¿que querías que hiciera?…
El camino, amigo lectores, está propuesto, cambiar las cosas desde la organización social y ciudadana, esperar otra cosa es de “soñadores ilusos”. Y siendo reiterativo, respecto a Coppel, están avisados, Uds. sabrán que hacer… ¡Así de sencillo!