Paz y NEM
La reforma hacendaría recién aprobada por los diputados federales del PRI, PRD, PVEM y PANAL, resulta ser una reforma criminal que atenta contra la micro y pequeña empresa (Repecos), pero también ataca y pega directamente a los productos y productores tradicionales que han dado fama y renombre al Estado de Michoacán.
En el caso de los pequeños contribuyentes que hasta el día de hoy cuentan con un régimen especial derivado de sus bajos ingresos, mismo que consiste en una tasa fija que contempla ISR-IVA-IETU, sin embargo, empezarán a pagar IVA e ISR por separado, es decir, los productos incrementarán un 16 porciento por el Valor Agregado, lo que pega directamente en el bolsillo del consumidor, pero además afectará las ventas y afectará al productor, aunado a eso, de manera gradual empezarán a pagar ISR, hasta que en al sexto año paguen el 30% de ese impuesto.
Supongamos que un alfarero de catrinas de Capula, un productor de pan de Tingüindín, un fabricante de esferas de Tlalpuhajua o un paletero de Tocumbo llegará a tener ingresos anuales por 500 mil pesos, como Repeco pagaría de tasa fija 83 mil pesos anuales, pero ahora con la reforma llegará a pagar 150 mil pesos de ISR, además tendrá que cobrar 16% de IVA.
La reforma también considera la aplicación del 5% de Impuesto Especial a Productos y Servicios, que en el caso de Michoacán pegará a productos alimenticios tradicionales de la entidad, como en los casos del ate de Morelia, conservas de Ciudad Hidalgo, paletas de Tocumbo, nieve de Pátzcuaro y/o productos de esa naturaleza elaborados con fruta, asimismo se aplicaría ese impuesto a las famosas morelianas o los chongos zamoranos.
En este caso debo señalar que los diputados federales dentro de su ignorancia confunden a los productos elaborados a base de fruta natural con productos chatarra, y justifican el impuesto con ese argumento barato y con el pretexto de aplicarlo a los productos con azúcar, como si comer un ate fuera lo mismo que comer una golosina de Sonric’s o Sabritas, y como si el tamaño de las empresas fuera igual (no hay proporcionalidad), o como si comer una paleta de Tocumbo o nieve de Pátzcuaro fuera igual que comer una paleta de Holanda o Nestlé que tiene de todo tipo de químicos pero nada de fruta.
Ahora hagamos otro ejercicio, en el caso de los paleteros de Tocumbo, las conservas de Hidalgo, o los productores de las morelianas, este tipo de empresas resultan ser Repecos, los cuales ya serán afectados en un inicio con la eliminación de ese régimen, pero además se les aplicará un impuesto especial, lo que deja evidencia de que los micro y pequeños productores son de los más perjudicados con esa recaudadora y criminal reforma.
Es preciso señalar que en el caso de los alimentos referidos, la materia prima es precisamente la fruta, productos del campo michoacano, como el durazno, guayaba, membrillo, limón, tejocote, melón, fresa, mango, etcétera, por lo que la criminal reforma pegará también al campo del Estado, esto en virtud de que si los productores afectados se ven obligados a cerrar por no poder con esas cargas fiscales, los productores de frutas no tendrán donde acomodar su producto, es decir, estamos en la presencia de una acción legislativa que generará miles de desempleos en Michoacán, en pocas palabras los productores y productos tradicionales tienen como enemigos a los diputados federales.
Sin duda alguna la reforma hacendaria es contraria al crecimiento y desarrollo económico que requiere la entidad, pero es además una disposición que extinguirá los productos tradicionales que tanto nos enorgullecen y que dignamente forman parte de nuestra cultura, esa reforma delincuencial le pega a nuestros artesanos, les pega a nuestros productores tradicionales y con menores ingresos, esa reforma le pega al campo, esas leyes fiscales acabarán con la cultura y las actividades productivas endógenas de Michoacán.
Los michoacanos debemos protestar y decir ¡ya basta!, los gobernantes no entienden que gobernar no es solo recaudar, no entienden que su trabajo debe ser para mejorar la calidad de vida de las personas no la de sus bolsillos, siguen pensando que el gobierno debe ser rico y los gobernados jodidos cada vez más jodidos, y para acabarla de amolar en Morelia nos quieren poner parquímetros.