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Bastón, “¡Te mando!”
Por JORGE OCTAVIO OCHOA. La imagen es contundente. La nueva elite del poder es AMLO, con Daniel Chávez Morán, dueño de Vidanta, a su izquierda. Frente a ellos, el secretario de la Defensa, Crescencio Sandoval y Carlos Slim, en un vagón del Tren Maya.
Es bajo esa férula, que Claudia Sheinbaum tendrá que empezar a moverse y acostumbrarse a tomar decisiones, en caso de que gane la contienda presidencial. Pertenecer o no a ese clan o nueva mafia, será su dilema.
Sea como sea, ella tendrá que mirar a los ojos, desde ahora, los fantasmas de la imposición y el autoritarismo. Así se verá pronto, con la primera gran definición que la involucra: la candidatura de Morena para la CDMX.
La simpatía de ella por Omar García Harfuch, hoy se ve confrontada con la voluntad de un abultado grupo de morenistas, apoyados por AMLO, que quieren a Clara Brugada. El arrastre inicial desatado por el sex symbol entre cientos de mujeres quizá se malogre.
Todo apunta a que los seguidores de Brugada doblarán su voluntad y será la primera gran derrota de Sheinbaum, sin haber entrado todavía a la contienda presidencial. A menos que Harfuch le quiera también hacer al “Juanito”.
Los dictados de AMLO se levantan como el fantasma con el que Claudia Sheinbaum tendrá que convivir mucho tiempo. El bastón de mando que le dieron, encierra dos mentiras: ni es de mando, ni representa a los indígenas. Es un palo hueco.
Pero los problemas para la sefardí no acaban ahí. Cada día son más notorias las ausencias y el distanciamiento de Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila.
A esto hay que sumar la renuncia de la diputada indígena Adela Ramos, de Chiapas, que abandonó a Morena entre acusaciones de “discriminación, descalificación, violencia de género y violencia política”; “ya han rebasado los límites”, remató.
Ella es una de las pocas representantes que tienen los indígenas en la vida política del país y una de los varios diputados de Morena que no estuvieron de acuerdo con la militarización de la Guardia Nacional. Ella se abstuvo de votar.
En ese grupo estaba Inés Parra Juárez, diputada indígena de Puebla, que no sólo votó contra dicha iniciativa, sino que hace dos meses presentó una denuncia contra la Secretaría de Bienestar, por un desfalco de más de 6,068 millones de pesos.
Los desfalcos, según la denuncia ante la FGR, han ocurrido desde el 2018 y hasta el 2021, consistentes en pagos y cobros indebidos de beneficiarios en programas sociales; desvío de recursos públicos; no acreditación de entrega de recursos.
Tampoco se ha tomado en cuenta, el tamaño de la diáspora que suscitará la reciente selección de candidatos a gobernadores. Habrá muchas viudas y viudos por el camino.
Habrá que ver, por ejemplo, los saldos de la confrontación latente, en Puebla, entre los primos Alejandro Armenta e Ignacio Mier, así como los coletazos de inconformes en Morelos y Veracruz, donde varios aspirantes fueron sacados de fea manera.
Esto, junto con el crecimiento del grupo legislativo de Marcelo Ebrard, podrían marcar diferencias en las votaciones del penúltimo período del Congreso de la Unión. El presupuesto 2024 podría sufrir notables cambios.
Es en medio de estas disquisiciones que se desenvolverá, en diciembre, el último tramo de PODER de AMLO. Justo en ese mes, empieza a declinar su estrella, pues los futuros legisladores ya no tendrán que responder a sus iniciativas y dictados.
Para entonces, López Obrador deberá tener pactado con Sheinbaum, el proceso de transición y entrega de todos los bártulos. De lo contrario, sólo será la entrega simbólica de un bastón hueco, sin indígenas y sin mando.
Ella llamará “continuidad”, a lo que es mero “continuismo”, porque son proyectos quizá tan huecos como ese bastón que grita: “¡te mando!”. El mismo lo dijo hace meses, que dejaría una serie de tareas a su sucesor. Como pequeño Rey.
En los hechos, el legado de AMLO será sólo negocios para los tenedores del gran capital y del turismo de alta gama. Por eso la foto se vuelve emblemática. Ahí están los ejes del poder, apuntalados con las Fuerzas Armadas. Ese es el mensaje.
¿Primero los pobres? ¡Pamplinas! El Tren quizá propicie el turismo de extranjeros que podrán pagar el costo de un boleto, hospedarse en los fastuosos hoteles que en principio administrará el Ejército, pero habrá otros, con Vidanta a la cabeza.
Los hijitos del presidente abren su nueva chocolatería, Rocío, en Cancún. El ex chofer de AMLO tiene ya su centro de entretenimiento en una de las paradas del Tren. Los beneficios de esas políticas sólo para algunos cuantos.
Ni más empleos, ni más turismo, ni menos pobreza, será la conclusión del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.