La opción
El 12 de junio, el INEGI dio a conocer un estudio sobre las clases socioeconómicas de nuestro país. Titulado “Clases medias en México”, el estudio da cuenta del peso que cada una de las clases (alta, media y baja) tiene en la estructura socioeconómica del país. La investigación realizada se basó en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 2000 y 2010 y se procesó con técnicas estadísticas de avanzada.
Los resultados obtenidos en la investigación dan cuenta de que el porcentaje de población que es considerado como clase alta en México es de 1.7 por ciento, mientras que el porcentaje de población que es considerado como clase media es de 39.2 por ciento y, finalmente, el porcentaje de población que es considerado como clase baja es de 59.1 por ciento.
Si bien, en la comparativa entre 2000 y 2010, el porcentaje de población de clase media se incrementó ligeramente, al pasar de 35.2 por ciento a 39.2 por ciento, lo cierto es que en México no contamos todavía con una sociedad que en su mayoría pueda ser considerada que vive en condiciones socioeconómicas propias de la clase media. Por el contrario, si hacemos caso a las cifras que el mismo INEGI nos proporciona en esta investigación, la mayoría de los mexicanos viven en condiciones socioeconómicas propias de la clase baja.
El estudio del INEGI presenta un perfil de lo que sería una familia promedio integrante de la clase media: en primer lugar, esta familia tiene en su hogar una computadora; gasta en promedio al trimestre $4,380 pesos en alimentos y bebidas fuera del hogar; abona mensualmente $1,660 pesos a una tarjeta de crédito; cuenta con al menos un integrante asalariado con contrato escrito que labora para una empresa con razón social del sector privado; la cabeza del hogar cuenta con al menos educación superior; el jefe del hogar se encuentra casado; el número de integrantes del hogar es de cuatro; los hijos asisten a escuela pública; y la vivienda en la que viven es propia o se está pagando y se financió con recursos de la familia o con crédito de interés social.
Básicamente, las personas que viven en familias que pueden ser catalogadas como de clase media tienen varias de las características anteriores. Analizando a detalle el fenómeno, esto quiere decir que solamente el 39.2 por ciento de la población en México puede disfrutar de este tipo de vida, más el 1.7 por ciento que puede disfrutar de ello y más por ser considerados como clase alta.
El problema en nuestro país es que el 59.1 por ciento de la población no alcanza a cubrir con el perfil promedio que se describe para la clase media. Lo más probable es que en el hogar en el que viven estos mexicanos no haya una computadora, no tengan acceso al crédito, no destinen recursos para la recreación, tengan que rentar la vivienda en la que viven y los jefes del hogar cuenten solamente con educación primaria o secundaria.
Algo que llama poderosamente la atención es que el estudio dado a conocer por el INEGI omite un dato que es fundamental para el caso analizado: no indica el umbral de ingresos por hogar para cada una de las clases socioeconómicas. Este es un dato que seguramente lo obtuvieron los investigadores del INEGI ya que la fuente principal de datos para esta investigación fue la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, por lo que el dato sí existe. Una hipótesis que pudiera explicar la omisión podría ser que simplemente decidieron no dar a conocer con cuánto vive el 59.1 por ciento de la población mexicana que es considerada como la clase baja del país.