Deconstrucción y transformación/Gerardo A. Herrera Pérez
Deconstrucción y transformación
Gerardo A. Herrera Pérez
Se realizaron diversos webinares para continuar el trabajo de empoderamiento de las integrantes de la Red Estatal de Mujeres Contra la Violencia, que encabeza la diputada Araceli Saucedo; tanto de manera genérica con un Ciclo de Conferencias que se abrió al público, así como temas específicos para las secciones organizadas en Apatzingán y Múgica, además de Lázaro Cárdenas y Uruapan que permiten dar continuidad al fortalecimiento formativo de las mujeres para la prevención de la violencia. A continuación se comparten las tres acciones desarrolladas.
La primera acción, fue la disertación para las integrantes de las secciones de Apatzingán y Múgica, la cual consistió en compartir el proceso histórico por el cual ha transitado la mujer desde 500 años antes de esta era, hasta este momento que vivimos en un modelo económico Neoliberal sustentado en la globalización, el mercado y el patriarcado, que permite el ejercicio androcéntrico para el sometimiento y control de las mujeres, en donde el capitalismo ha utilizado como mecanismo de acumulación el trabajo doméstico y de cuidados de la mujer, sometiéndola a proceso de producción de reproducción de la fuerza de trabajo. Se revisaron los periodos históricos de los Pueblos Antiguos, la Edad Media, la Modernidad y la Posmodernidad.
Posteriormente se reflexionaron sobre los conceptos de ser humano, persona, ciudadanía, sujeto social, subjetividad, dignidad humana y derechos humanos, a efecto de compartir la posición que tenemos como seres planetarios, al ser género humano.
Durante la segunda acción, se llevó a cabo la conferencia “Economía feminista y de cuidados: eso que haces no es amor, es trabajo no pago”. Con ello, se continúan fortaleciendo el trabajo de análisis de las actividades del salario patriarcal y los trabajos domésticos y de cuidado que realizan las mujeres en sus hogares.
La economía feminista es un enfoque que critica las formas tradicionales de estudiar y comprender las interacciones de la economía. Estudiar las relaciones desiguales entre hombres y mujeres, y cómo estas están enraizadas en el sistema en el que vivimos y son reproducidas en diferentes niveles de este sistema. Una parte primordial para la comprensión de la economía feminista es que esta hace énfasis en la necesidad de cuestionar al sistema capitalista, el cual se centra en la producción y en el mercado. En cambio, desde la economía feminista se propone poner como punto central la vida de todas las personas y de su sostenibilidad a futuro.
La tercera acción, se ejecutó con las integrantes de las secciones de Lázaro Cárdenas y Uruapan, con ellas se tocaron los temas de las instituciones y los mecanismos de atención de la violencia de género.
Se precisó que durante diferentes momentos de la historia moderna de la humanidad, pero después de la Segunda Guerra Mundial, se han construido políticas públicas que han ido transitado de evitar la discriminación, la desigualdad, el desarrollo, la violencia, la igualdad, la equidad y ahora la paridad. Que no obstante ser un principio formal, se requiere de trabajar en la igualdad formal y real donde las mujeres tengan voz, valor y poder, es decir, equifonía, equivalencia y equipotencia, además que la justicia permita la redistribución de la riqueza, la representación y el reconocimiento. Cabe resaltar que tanto los marcos normativos, como las estructuras operativas y el diseño de políticas públicas, no ha sido suficiente para atender las problemáticas de violencia. Así desde Onumujeres hasta las instancias municipales de la mujer, pese a las políticas públicas, las normas, y las estructuras gubernamentales, continua la ola de violencia y feminicidios contra las mujeres y las familias.
Por otro lado, se debe ir construyendo algunos mecanismos que ayuden a evitar la violencia de género y a favor de la transformación social. La identidad masculina, tal y como el patriarcado la define, ha dejado de ser útil, sus sistemas de regulación han sido insuficientes y han permitido que la sociedad se encuentre en riesgo de disolución y descomposiciones, expresadas en diversos mecanismos de opresión, incluido el feminicidio y el crimen por odio.
La violencia doméstica, como manifestación extrema del fracaso de las estrategias de poder y control, ponen en riesgo la ilusión de la familia como núcleo donde se finca nuestra sociedad, hoy un grupo importante de mujeres, en diferentes espacios, incluido su hogar, sienten desconfianza y miedo de sufrir violencia; otras ya la viven, la sienten, ese violencia que se ha querido mantener normalizada y naturalizada.
Las mujeres mantienen un tributo para el hombre, sus actividades de cuidado en el hogar, su responsabilidad de atender a la pareja, a los hijos, a las personas de edad mayor, con su compromiso de ser abnegadas y generosas.
El Patriarcado, el consumo, el mercado, la globalización, interactúan como una pedagogía del poder, con ello se actuar en la familia para ejercer la dominación y el ejercicio de la violencia contra la mujer para legitimar.
Por ello, debemos de comprender que la violencia no es del orden sexual solamente, sino del orden del poder, que somete, disciplina, controla, en ocasiones asesina. Por ello, se requiere de trabajar en igualdad formal y real con las mujeres para tener voz, poder y valor, se requiere de la justicia, de una mejor organización de las mujeres planetarias, también saber construir el diálogo, participar de procesos de economía social, de economía feminista, entre otras acciones para lograr una realidad diferente.
En conjunto las tres acciones nos permiten avanzar en el entendimiento de la historia, de la lucha social y de las condiciones del patriarcado y su saber, poder, autoridad y jactancia, que acompañado del mercado y la globalidad, continúan sometiendo y controlando a la mujer, es tiempo de cambio, es tiempo de transformaciones.