La opción
Uruapan, Michoacán, 23 de julio del 2012Mi Santias, leí tu artículo del domingo: “Padre rico, padre pobre” y creo que andas fuera de foco…S- No sé que tengas tú que opinar, mi Rufo, de cómo los humanos educamos a nuestros hijos, recuerda, tú eres solo un perrito.R- Auuu, pues seré solo un perrito, pero compartimos muchas cosas, inclusive el vivir juntos.S- En eso tienes razón, perro. La convivencia entre humanos y caninos nos obliga a tomarnos en cuenta, te escucho.R- Auuu. La idea central de tu artículo enfatiza la necesidad de educar a los humanos en aspectos financieros y de cómo manejar el dinero.S- Así es, mi Rufo. Creo que resulta obvio que con el modelo económico que tenemos, o entendemos el manejo del dinero o estamos fritos, cosa que sucede a la mayoría de los mortales; me explico: Existe la difundida idea de que una aspiración debe ser el tener una casa, el tener vivienda. Con esto en mente, la gente se hipoteca de por vida y comete hasta imprudencias para hacerse de una casita, creyendo que con ello se garantiza la seguridad familiar en lo que a techo se refiere y un patrimonio, que en su momento incrementará la riqueza familiar.R- Auuu, suena lógico. Hasta en las oraciones se pide por casa, vestido y sustento.S- ¡Pues no!, no es lógico, las cosas no son tan sencillas como parecen y me explico: Al costo de la vivienda y de los terrenos para vivienda, han incorporado la demanda cultural que implica el que todo mundo quiera una casita, y así, hemos construido un monstruo, un despropósito, un modelo que usa la necesidad social de tener techo y le suma la demanda cultural de tener un patrimonio que les de tranquilidad, para elevar costos e incrementar las ganancias de quienes intervienen en el “negocio” de la vivienda, incluidos los gobiernos; así vemos que el precio de los materiales se va a las nubes, que la tierra cuesta un güevo y que el costo financiero, impuestos y gastos, llegan a niveles tales de inmoralidad, que para cubrir los créditos a partir de bajos salarios, pues se amplían los plazos de por vida.R- Auuu, es verdad, cuando yo era cachorrito los créditos de interés social tenían plazos de 15 años… Hoy firmas por treinta años y cruzas los dedos para que la economía no reviente y se ajusten de tal manera los pagos, que se vuelvan impagables, con lo que pierdes tu casa.S- Es que el modelo económico, en forma inmoral, pero legal, permite que te esquilmen banqueros y financieras con tasas de interés que tienen como esencia incrementar las ganancias, con cargo al pueblo, es decir, que se hagan más ricos los ricos, y más pobres lo pobres. De ahí la necesidad de entender y aprender del manejo del dinero dentro de un sistema deshumanizado, por eso señalé: El pobre usa su dinero para comprar cosas y pagar deudas. El pobre trata de ahorrar dinero, el rico pone a trabajar a su dinero para que genere más riqueza.R- Grrr, me queda clara la intención, al sugerir educar a los “humanitos” en otra forma, de manera tal que estén preparados para sobrevivir y tomar ventaja dentro de un modelo que por definición es depredador e inhumano.S- ¡Así de sencillo!, recuerda: El problema del pobre es el miedo y la inseguridad, para enfrentarlos aprende cosas para tener un trabajo; para el rico no hay miedo, hay oportunidades y se capacita para aprovecharlas. Para el pobre la solución (irreal) es tener un trabajo que en cualquier momento desaparece. Para el rico la solución es invertir en activos (posesiones que generen riquezas) para así sortear las subidas y bajadas que la vida trae consigo…R- Auuu, me queda claro que el modelo permite la explotación del hombre por el hombre a partir de inducir y manipular miedos, y ahí está el dilema: ¿Queremos una sociedad deshumanizada?, ¿una sociedad en donde las ganancias sean más importantes que las personas y el hombre lobo del hombre?S- No lo había visto desde esa óptica, mi Rufo. ¿Lo que sugieres es hacer un alto en el camino para decidir, qué tipo de sociedad queremos para nuestros hijos, antes de capacitarlos para sacar ventajas en una sociedad deshumanizada?R Guau, yo no pude haberlo ladrado mejor, mi Santias. Tus palabras describen mi propuesta y me explico: yo no quiero que mis cachorritos se eduquen para vivir dentro del modelo neoliberal como perros ricos, me parece más natural y acorde con nuestra canina naturaleza, que los cachorros sean educados para vivir en projimidad, prefiero enseñar a mis cachorros a ser perro pobre pero coherente y feliz, que pervertirlos para ser perro rico, pero con ventajas para explotar a sus congéneres dentro de un modelo deshumanizado.S- Lindo dilema en el que nos pones, mi Rufo. Dinero o projimidad solidaria, riqueza vs felicidad… ¡Lindo dilema!Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador