Habitan en Tierra Caliente y Costa murciélagos que se alimentan de sangre
MORELIA, Mich., 6 de marzo de 2015.- Pese a los llamados realizados por integrantes de la sociedad civil en diversos estados del país así como de organismos internacionales, las autoridades mexicanas continúan siendo omisas en la prevención y atención a los casos de desapariciones de las niñas y las adolescentes en México.
Según un comunicado de prensa, en el marco del Día de la Mujer y la Niña, la Red por los Derechos de la Infancia en México #REDIM señaló su preocupación ya que las denuncias por desapariciones principalmente de mujeres adolescentes son cada vez más frecuentes, así como la percepción social de que la problemática sigue creciendo sin que exista una estrategia nacional para atender el problema de forma coordinada y con resultados inmediatos.
Desde 2009 a través de su campaña “Las niñas también cuentan” la REDIM impulsa acciones con la finalidad de visibilizar e incorporar los derechos de las niñas como un tema transversal en la agenda nacional. Entre sus objetivos destaca reconocer que la violencia y la discriminación por género en contra de las mujeres inician en la etapa de la infancia, por lo que es necesario trabajar desde la niñez en la prevención de la violencia y la igualdad de género.
El reciente señalamiento del Comité contra la Desaparición forzada de la ONU determinó que las desapariciones se han generalizado en el país e instó al Gobierno a estudiar este fenómeno con relación a grupos vulnerables al tiempo que llamó a tomar medidas para prevenir y resolver los casos pendientes.
Aunado a lo anterior, no existe un mecanismo accesible de información pública para concentrar los reportes sobre niñas, niños y adolescentes desaparecidos en todo el país. A pesar de la existencia de la Alerta AMBER, cada entidad federativa publica de manera individual sus bases de datos, lo cual evidencia la desarticulación y los vacíos en la información.
Se suma además el impacto que tiene la desaparición de familiares de niñas, niños y adolescentes. Usualmente ésta genera sentimientos de abandono, culpa, rabia o enojo, llanto y duda, desconfianza en las personas y en las instituciones, la respuesta del Estado mexicano ante esta problemática es nula. No existe una política de abordaje psicosocial para las familias víctimas de una desaparición, mucho menos un enfoque específico de trabajo con niñas, niños y adolescentes, a pesar de que así lo establece la Ley General de Victimas, la cual sigue siendo inoperante.
Frente a estos vacíos, la REDIM urgió a: