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MORELIA, Mich., 23 de mayo de 2015.- El Estado Mexicano está demostrando que es muy superior al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en una guerra que si bien es baja intensidad, está expandida desde Sinaloa hasta Guerrero, afirmó el especialista en seguridad y defensa Gerardo Rodríguez Sánchez Lara.
Así lo demuestra el enfrentamiento ocurrido en el Rancho El Sol, ubicado en los límites de los municipios de Tanhuato y Ecuandureo y de los estados de Michoacán y Jalisco, en la franja donde es álgida esa guerra que este viernes dejó un saldo de 43 personas muertas.
“Es una respuesta contundente del Estado Mexicano, en términos de propaganda de guerra es mandar un mensaje de que si les derribaron un helicóptero el Estado es mucho más poderoso”, indicó en entrevista telefónica.
Explicó que dentro de una guerra de baja intensidad se tienen que librar la batalla en los medios de comunicación y la opinión pública, por lo que el estado no puede darse el lujo de mandar un mensaje de que se está perdiendo esta batalla, al contrario, está dejando claro que no van a permitir masacres de policías estatales, la federal y menos en contra de las fuerzas armadas.
Se trata de una guerra de baja intensidad porque el CJNG no tiene el control de un gran territorio, una región o el país y las carreteras siguen siendo controladas por la federación; hay regiones donde no hay guerra como el centro, el sur o gran parte del norte; son bastiones los que están en disputa para la producción y trasiego de drogas, señaló.
“Por más aparatoso que puedan ser 43 bajas no es la generalidad del país la que está en guerra, pero sí se disputan áreas estratégicas para el ingreso de precursores químicos de Asia, de drogas sintéticas, principalmente de heroína para abastecer a Estados Unidos, el control de algunas plazas en Michoacán en materia de extorsión y secuestro y la parte de producción de marihuana y amapola en el norte de Guerrero, en la frontera con Michoacán y Estado de México”, precisó.
Rodríguez Sánchez Lara se abstuvo de hacer hipótesis sobre una una casería de los federales en contra de los presuntos integrantes del CJNG y recomendó esperar a los resultados de los peritajes oficiales y el análisis equilibrado de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
“Hay que tratar de reconstruir los hechos terribles de ayer porque si los delincuentes estaban huyendo armados eran un peligro para las fuerzas del orden porque aún cuando vayas de espaldas a elementos de orden puedes voltear en cualquier momento y causar bajas.
“Todo eso se tiene que esclarecer. En Tlatlaya, por ejemplo, ya estaban desarmados y rendidos cuando fueron ejecutados. Aquí parece una persecución. Si los criminales se hubieran entregado habría sido diferente”.